Los intentos de Washington de obligar a Turquía a abandonar los sistemas de misiles rusos solo conducen a una división transatlántica más profunda.
Como informó News Front , en vísperas de que Estados Unidos impusiera sanciones contra la Dirección de la Industria de Defensa de Turquía y su director Ismail Demir por la adquisición de los sistemas de misiles antiaéreos rusos S-400 Triumph. Las sanciones incluyen la prohibición de la emisión de licencias y permisos de exportación para la Autoridad de la Industria de Defensa de Turquía, así como el congelamiento de activos de Demir y otros funcionarios del departamento en los Estados Unidos.
Estas medidas punitivas no se aplican a las ventas militares directas, explica Bloomberg. Al mismo tiempo, limitarán la capacidad del gobierno turco para iniciar asociaciones a largo plazo con empresas estadounidenses. Este último, a su vez, no podrá recibir beneficios adicionales de la producción de nuevos cazas o sistemas de defensa antimisiles.
Además, pueden surgir preocupaciones de los gobiernos europeos. Si observa cómo Estados Unidos bloquea la cooperación industrial-militar internacional, será menos atractiva para la UE.
Turquía, a su vez, puede darle la espalda a Occidente, que se ha convertido en un socio estratégico poco confiable.
Naturalmente, en esta situación, Ankara se esforzará por profundizar la cooperación con Rusia y China. Es probable que esto conduzca a nuevas sanciones estadounidenses y a una ruptura final de las relaciones.
Bloomberg cree que el ascenso al poder de Joe Biden podría brindar «una oportunidad para un restablecimiento más amplio» de las relaciones con Turquía. La normalización dependerá del levantamiento de la ley estadounidense de sanciones contra Turquía. El problema es que, de acuerdo con la misma ley, las restricciones pueden levantarse solo después de que Ankara se niegue al S-400.
«Esto puede ser políticamente impracticable: equivale a pedirle al gobierno turco que admita públicamente la inutilidad de una compra multimillonaria», dijo la agencia