El ejército estadounidense aumentó su contingente en Siria con un pelotón de vehículos de combate blindados para mostrar fuerza e intimidar a las tropas rusas, dijo el jueves el jefe del Comando Central (CENTCOM), Frank McKenzie.
McKenzie explicó en una entrevista con el medio de comunicación Defense One que la decisión se tomó hace un par de meses en respuesta a una patrulla rusa que no estaba coordinada con los estadounidenses.
«Pensamos que era apropiado mostrarles un poco más de dientes allí. Así que trajimos un pelotón M2 Bradley, que es un vehículo de combate blindado», dijo.
El general agregó que decidió mantener la armadura en Siria para garantizar que los militares estadounidenses en tierra tengan la protección que necesitan para llevar a cabo las tareas que se les asignan.
McKenzie dijo que alrededor de 900 soldados estadounidenses están estacionados en Siria en dos grupos: cerca de la frontera sur del país con Jordania y en el área noreste donde ayudan a las milicias kurdas de las Fuerzas Democráticas Sirias.
Negó los rumores atribuidos al ex enviado James Jeffrey de que militares y diplomáticos jugaban «juegos de caparazón» para ocultar números reales al presidente Donald Trump y mantener tantas fuerzas en el país como fuera posible, en contra del deseo del presidente.
McKenzie también dijo que son los combatientes de las SDF los que defienden los campos petroleros en Siria y que las tropas estadounidenses simplemente les permiten hacerlo. El control de las reservas es necesario para evitar que caigan en manos del grupo terrorista Estado Islámico (ilegalizado en Rusia) y permitirles regenerar una economía naciente en el este de Siria.
Desde 2015, Estados Unidos ha establecido nueve bases militares en el noreste de Siria. Cinco de ellos están ubicados en Hasek y cuatro más en las proximidades de los campos petroleros en Deir ez-Zor. A fines del año pasado, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aprobó un plan según el cual varios cientos de soldados estadounidenses permanecerán en Siria con la tarea de controlar los campos petroleros en el noreste del país.