Autoridades centroamericanas intentan dispersar caravana de inmigrantes hondureños


Las autoridades centroamericanas comenzaron el jueves a tratar de disolver una caravana de cientos de hondureños que partieron hacia Estados Unidos para escapar del impacto de huracanes consecutivos, poniendo a prueba los esfuerzos para frenar la inmigración de la región golpeada.

Las autoridades hondureñas establecieron puestos de control, parando a los grupos que pretendían unirse a la caravana y alentándolos a regresar a casa en su lugar, incluida la vuelta de un autobús con unas 50 personas en el departamento occidental de Ocotepeque, dijeron medios locales.

Las autoridades migratorias de Guatemala advirtieron a los viajeros que necesitarían pasaportes y pruebas de coronavirus negativos para ingresar al país. En octubre, las fuerzas de seguridad guatemaltecas disolvieron una caravana anterior de miles de personas que se movían por Centroamérica.

La caravana es la primera desde que Joe Biden derrotó al presidente estadounidense Donald Trump en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.

El presidente electo ha prometido seguir una política migratoria “humana” y prometió un plan de $ 4 mil millones para abordar los factores subyacentes que impulsan la migración desde Centroamérica.

Pero la destrucción causada por los huracanes Eta e Iota, que mataron a cientos y desplazaron a más de medio millón de personas en toda la región, puede representar un desafío inicial para la estrategia de Biden.

“Vivíamos debajo de un puente, con casas hechas de láminas de plástico”, dijo por teléfono el miembro de la caravana Yey Rivera.

Rivera, de 24 años, dijo que después de que la tormenta destruyó su casa y la ayuda del gobierno nunca llegó, se unió a la caravana con la esperanza de encontrar trabajo en Estados Unidos para enviar dinero a su familia.

“Lo que más me dolió fue dejar a mi madre sola debajo del puente”, dijo. «(Pero) tengo que ser fuerte para ayudarla».

Al mediodía del jueves, un pequeño grupo de migrantes llegó a la ciudad fronteriza guatemalteca de Corinto.

“Queremos que abran las fronteras; sólo estamos pidiendo pasar ”, dijo Luis Hernández, un hondureño. «Debido a Eta e Iota, muchos de nosotros nos hemos quedado sin nada».

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