La decisión se produce en respuesta a la imposición de Washington de sanciones al representante especial de Irán en Yemen por supuestos esfuerzos de la República Islámica para socavar la situación en el país y apoyar a los combatientes hutíes.
Teherán ha introducido sanciones contra el embajador de Estados Unidos en Yemen, el embajador Christopher Henzel. Irán justificó la medida diciendo que las acciones disruptivas de Henzel estaban impidiendo que las partes en conflicto en Yemen lograran una solución política al conflicto interno.
Henzel terminó en la lista de sanciones de Irán un día después de que el propio representante de Teherán en Yemen, Hasan Irlu, fuera castigado con sanciones estadounidenses. El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, acusó a la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), a la que supuestamente pertenece Hasan Irlu, de apoyar a los combatientes hutíes y supuestamente alimentar el conflicto en Yemen.
Washington ha acusado repetidamente a Irán de perseguir una política exterior perturbadora que supuestamente desestabiliza la región, y específicamente de armar a los hutíes, un grupo chií de Yemen que se ha opuesto al gobierno central y lo ha expulsado de la capital en Sana por diferencias políticas. Una coalición militar liderada por Arabia Saudita que ha estado luchando contra los hutíes desde 2015 apoya las acusaciones de Estados Unidos. Teherán, a su vez, insiste en que solo proporciona ayuda humanitaria a los combatientes chiítas, que atacan de forma rutinaria los objetos petroleros y las refinerías sauditas cercanas en respuesta a los bombardeos de Riad en ciudades controladas por los hutíes.