El Reino Unido dio marcha atrás hoy a sus intenciones de renegar del acuerdo del Brexit en lo concerniente a la frontera de Irlanda del Norte, tras lograr un acuerdo de principios con la Unión Europea (UE).
Según anunció este martes el gobierno británico, la decisión de eliminar las controvertidas cláusulas del proyecto de ley para el mercado interno que aún debate el Parlamento, se tomó después de una reunión entre el ministro del Gabinete, Michael Gove, y el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic la víspera en Bruselas.
Al presentar la propuesta en septiembre pasado ante la Cámara de los Comunes, el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, aseguró que solo quería proteger los puestos de trabajo y el crecimiento económico del país, y garantizar la fluidez del comercio en todo el territorio nacional, en caso de que fracasen las actuales negociaciones actuales sobre un tratado de libre comercio post-Brexit.
Algunas de las cláusulas incluidas en el proyecto de ley violaban, sin embargo, el derecho internacional, según admitió el propio gobierno británico, al pretender cambiar de forma unilateral parte del acuerdo de retirada que entró en vigor el 31 de enero pasado, y en particular la letra del llamado Protocolo para Irlanda del Norte.
Tras la presentación del proyecto de ley, la UE acusó al Reino Unido de minar la confianza entre ambos, y amenazó con invocar los mecanismos de arbitraje para resolver la disputa.
Una de las preocupaciones principales del bloque europeo y de la comunidad internacional en general era que la violación del protocolo norirlandés que regulará los chequeos aduanales para las mercancías que entren a Irlanda del Norte desde Gran Bretaña pusiera en peligro el Acuerdo del Viernes Santo, que en 1998 puso fin al largo conflicto armado en ese territorio controlado por el Reino Unido.
El pacto anunciado este martes por el gobierno británico nada tiene que ver con las negociaciones que mantienen ambas partes para firmar un tratado de libre comercio antes de que expire el periodo de transición post-Brexit el 31 de diciembre próximo, y que están a punto de fracasar por divergencias sobre las cuotas pesqueras, la competencia desleal y las regulaciones para implementarlo.