Alemania reconoció hoy el fracaso de sus esfuerzos para distender las tensiones entre la Unión Europea (UE) y Turquía, mientras el presidente de la nación euroasiática, Recep Tayyip Erdogan, abogó por una fórmula conciliadora para todos.
El ministro de Relaciones Exteriores germano, Heiko Maas, comentó ante la prensa que debido la imposibilidad de lograr la distensión por la vía diplomática ahora se hablará de consecuencias.
Sus palabras anteceden a una cumbre de la UE, bajo la presidencia de Berlín hasta fin de año, que tendrá lugar el jueves, para abordar entre otros temas la relación del bloque regional con Ankara.
De su lado, Erdogan pidió este lunes a través de un mensaje una ‘fórmula en la que todos ganen’, en alusión al diferendo en el Mediterráneo Oriental con Grecia y Chipre.
El miércoles el bloque regional condenó lo que calificó de ‘acciones unilaterales’ y ‘retórica hostil’ por parte de Turquía, en referencia a las labores de exploración de hidrocarburos en aguas del mar Mediterráneo.
Desde octubre la UE amenazó con imponer sanciones a Ankara si no abandonaba esas labores, pero Erdogan reclama lo que considera el derecho de su país a explotar los recursos naturales en la zona.
El diferendo es el más reciente capítulo de una escalada de tensiones cuyo episodio data de febrero cuando Turquía abrió sus fronteras con Grecia para facilitar el éxodo masivo de migrantes hacia ese país, puerta de entrada a la Unión Europea.
Desde entonces, la secuencia de acontecimientos incluye choques armados entre embarcaciones en el Mediterráneo, amenazas por la vía diplomática entre ambos países e intentos fallidos de diálogo.
Esta última opción encontró como mediadores a la UE, de la que solo Grecia es miembro, y a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, donde ambos militan, pero los intentos de resolver las diferencias por esta vía fueron infructuosos.
En ese contexto se desarrollará la cumbre europea tras la que se esperan decisiones definitivas sobre los próximos pasos a seguir por el bloque comunitario.