El Reino Unido y la UE han acordado hacer un último intento en un acuerdo comercial posterior al Brexit. Las conversaciones se reanudarán en Bruselas el domingo 6 de diciembre.
El primer ministro británico, Boris Johnson, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, acordaron en una conversación telefónica el sábado que se debe hacer un último intento para negociar los términos del acuerdo, ya que el período de transición del Reino Unido finaliza el 1 de enero.
En un comunicado conjunto emitido después de la llamada telefónica, los líderes de los dos países dijeron que los equipos negociadores deberían hacer más esfuerzos para evaluar si las diferencias restantes pueden resolverse.
Von der Leyen y Johnson acordaron entregar el discurso nuevamente el lunes por la noche.
La llamada, que duró casi una hora, fue un intento de romper el estancamiento en las negociaciones comerciales después de que la principal negociadora de la UE, Michelle Barnier, y su homólogo británico David Frost hicieran una pausa el viernes. Los países no han logrado superar diferencias profundamente arraigadas sobre los derechos de pesca del Reino Unido, el uso del agua y las reglas de competencia leal para las empresas. Ambas partes enfatizaron que no es posible llegar a un acuerdo si estos problemas no se resuelven.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tiene que lidiar con un grupo de gobiernos descontentos, incluidos Francia, los Países Bajos, Dinamarca, Bélgica, España e Italia.
El primer ministro británico, que una vez argumentó que Gran Bretaña solo se beneficiaría del Brexit, ahora se enfrenta a una de las decisiones más importantes de su presidencia: un compromiso entre «soberanía» y acceso al mercado de la UE. Según las previsiones oficiales, el abandono del acuerdo dañará la economía del Reino Unido por 40.000 millones de libras el próximo año.
Los funcionarios británicos insisten en que ambas partes estuvieron cerca de un acuerdo el viernes, pero las nuevas demandas de la parte europea en el último minuto hicieron imposible un acuerdo.
Los representantes de los países que participaron en las negociaciones dijeron que los problemas sin resolver son la resistencia del Reino Unido a las demandas de los países pesqueros, incluidos Francia y Bélgica, en el área de 6 a 12 millas náuticas de la costa del Reino Unido.
Los caladeros son uno de los puntos más difíciles en las negociaciones, porque los derechos en algunos casos se remontan a cientos de años; Bélgica incluso tiene una carta otorgada por el rey Carlos II. Además, estos lugares ofrecen una pesca lucrativa: aquí se encuentran vieiras y langostinos.
Las negociaciones también se estancaron por el llamado de la UE para que el Reino Unido garantice el acceso permanente a sus aguas para los barcos europeos durante diez años. El Reino Unido considera esta demanda como una infracción a su soberanía.
Barnier y su equipo negociador regresaron a Bruselas el sábado por la mañana. El domingo, los embajadores nacionales de los gobiernos de la UE podrán reunirse con ellos para revisar la situación.