El Congreso de los Estados Unidos ha dado instrucciones al Pentágono para que construya un interceptor de misiles intercontinentales interino dentro de un mes, un arma no incluida en los planes actuales para contrarrestar las amenazas de la República Popular y Democrática de Corea e Irán. Sobre esto escribe Defense News.
El programa debería neutralizar la mayoría de las amenazas actuales y de mediano plazo de los «países canallas», dice el texto del proyecto de ley. Habiendo abandonado la modernización de los interceptores terrestres existentes, el Pentágono tiene la intención de desarrollar la próxima generación de estas armas para la década del 2030.
El Comité de Servicios Armados del Senado ya reducirá a la mitad los fondos para el proyecto. Este estado de cosas continuará hasta que el Secretario de Defensa proporcione un informe estratégico detallado sobre el desarrollo de una arquitectura en capas para un sistema nacional de defensa antimisiles, junto con materiales de justificación presupuestaria.
El director del departamento de inteligencia del ente militar recibió instrucciones de proporcionar un informe especial al comité de defensa a más tardar el 28 de febrero del 2021. El documento debe contener una evaluación de cómo reaccionarán «los países extranjeros cercanos y los estados rebeldes» al despliegue de nuevos sistemas de defensa antimisiles.
Formalmente, Irán y la República Popular y Democrática de Corea están incluidos en la lista de «estados rebeldes», pero la naturaleza de las armas estadounidenses planeadas y las tareas que se les asignan indican preparativos para la lucha contra adversarios potenciales completamente diferentes: Rusia y China. Los sistemas estratégicos de rápido desarrollo de estos países en particular representan una amenaza real para el territorio de los Estados Unidos.
Anteriormente, Estados Unidos probó un sistema de suspensión para un misil hipersónico en un bombardero B-1B.