Polonia y Hungría se opusieron a la nueva política de la UE. Los países están demostrando su intención de proteger los valores tradicionales, cree el experto Anton Bredikhin.
Las autoridades de los países de la UE tenían previsto aprobar un nuevo proyecto de presupuesto, que tiene en cuenta la nueva política social de la Unión. El gasto total el próximo año fue de dos billones de euros. A expensas de estos fondos, se planeó restaurar la economía después de la pandemia de coronavirus, pero la estimación nunca se aprobó. Fue bloqueado por los representantes de Polonia y Hungría.
Varsovia y Budapest han mostrado en repetidas ocasiones la hostilidad hacia el curso actual de la Unión Europea, recordó el experto político Anton Bredikhin a Nation News. A los países no les gustó que los fondos totales fueran distribuidos por las autoridades de la UE teniendo en cuenta el llamado «estado de derecho». De hecho, bajo esta redacción, se está impulsando un nuevo rumbo político en Europa, dirigido a valores no tradicionales.
Durante mucho tiempo, este enfoque provocó una fuerte reacción de los conservadores Hungría y Polonia. Hoy en día, los países luchan contra las tendencias europeas: el matrimonio entre personas del mismo sexo y la política migratoria. En las condiciones actuales, la división puede resultar fatal para Europa.
La negativa a aceptar el presupuesto de la UE no fue la primera gestión de Polonia, dijo a la Agencia Federal de Noticias el politólogo Armen Gasparyan. Sin embargo, lo más probable es que el comportamiento de Varsovia no tenga consecuencias reales.