Gracias a este tipo de reclutamiento, en caso de guerra Rusia contaría con 2 millones de civiles con entrenamiento militar. Sin embargo, ¿es esta la única causa?
Dos veces al año, las fuerzas armadas rusas reclutan a jóvenes de entre 18 y 27 años. En primavera y otoño, envían una media de 150.000 jóvenes a servir a la Madre Patria durante un año. ¿Pero por qué Rusia no cambia a un ejército totalmente profesional, como han hecho la mayoría de los países europeos?
Actualmente, alrededor de 900.000 personas sirven en las Fuerzas Armadas rusas. Unos 600.000 son soldados contratados, y los 300.000 restantes son jóvenes de entre 18 y 27 años llamados anualmente a prestar 12 meses de servicio militar.
La primera vez que empezó a reclutarse en Rusia fue en 1918. Inicialmente se trataba de un reclutamiento voluntario en el Ejército Rojo de Obreros y Campesinos, pero al cabo de unos pocos meses quedó claro que las necesidades del ejército no podían satisfacerse solo con voluntarios. Así fue que el 29 de mayo de 1918, el Comité Ejecutivo Central de toda Rusia emitió un decreto sobre el reclutamiento obligatorio en el Ejército Rojo.
A lo largo del siglo XX, la duración del servicio en el ejército y la marina cambió constantemente. En 2020 se fijó finalmente que fuera un año para todas las ramas y tipos de tropas.
Hoy en día, el Ministerio de Defensa ruso y la élite política del país no tienen prisa en cambiar a una base militar de contrato completo y prometen que esa transición tendrá lugar “en 10-15 años” cuando “la economía sea lo suficientemente fuerte para mantener un ejército profesional de un millón de personas”. En la actualidad, el reclutamiento permite mantener una reserva de movilización semiprofesional de hombres, que en caso de una guerra total serían asignados a la unidad donde hicieron su servicio militar obligatorio.
“En 2006 el Ministerio de Defensa experimentó una ‘transición completa’ a la base de contratos. Los economistas calcularon cuánto le costaría al tesoro, más los desembolsos relacionados. El experimento se llevó a cabo en el territorio de la División Aerotransportada de 1976 en Pskov (600 km al noroeste de Moscú)”, dijo el analista militar de la TASS, Viktor Litovkin, a Russia Beyond.
Como explicó, la idea es sustituir completamente a los reclutas del ejército ruso por soldados contratados. El primer contrato que un soldado firma con las fuerzas armadas es por tres años, como a mediados de los años 2000.
Según estimaciones de 2006, el Tesoro podría pagar a los soldados rasos un salario mensual de 8.000 rublos (unos 250 dólares al tipo de cambio de entonces; 100 dólares a partir del 6 de noviembre de 2020).
“¿Cuántos profesionales querrían trabajar por esa cantidad de dinero? Ninguno”, señaló el experto.
El experimento, dijo Litovkin, duró varios meses, durante los cuales el mando observó cómo vivían y servían los soldados. Insatisfechos con los resultados, cerraron el proyecto.
“En su lugar, se decidió aumentar los subsidios de los oficiales y, después de unos años, también los del personal subalterno. Así, un teniente recién graduado en las fuerzas armadas rusas recibía casi 60.000 rublos al mes [unos 2.000 dólares al tipo de cambio de 2012, cuando se adoptó el nuevo programa de financiación del ejército; y unos 800 dólares a partir del 6 de noviembre de 2020], y podía contar con un crecimiento salarial estable, vivienda gratuita y seguro médico para ellos y su familia”, subrayó Litovkin.
Para aumentar aún más el prestigio del servicio militar, el gobierno ruso aprobó una ley que da prioridad a los individuos que han hecho el servicio militar para ocupar los puestos más altos del servicio civil.