Cadenas perpetuas para los implicados en el golpe de Estado fallido de 2016 en Turquía.

En el juicio, iniciado en agosto de 2017, hay un total de 475 acusados, entre ellos 25 generales y miembros de alto rango de la cofradía islamista del predicador Fethullah Gülen.

 

 

Casi medio centenar de personas han sido condenadas a prisión de por vida en Turquía. Todas ellas estaban acusadas de implicarse en la asonada frustrada del 15 de julio de 2016 cuando, según el Gobierno, miembros de la cofradía del predicador basado en EEUU Fethullah Gülen, infiltrados en el aparato del Estado, trataron de adueñarse del poder. Entre los crímenes por los que se les condena están «asesinato, tentativa de violación del orden constitucional y atentado contra el presidente Erdogan«.

La pieza resuelta este jueves, una de las que cuenta con más acusados -475-, y que comenzó a juzgarse en agosto de 2017 en una gran sala habilitada junto a una prisión de Ankara, atañe a los hechos ocurridos en la cercana base aérea de Akinci. Se considera la base de operaciones de los golpistas. Allí, fue retenido el entonces jefe del Estado Mayor, Hulusi Akar, a manos de los conspiradores, hasta que las fuerzas especiales lo rescataron en la madrugada posterior a la intentona.

Entre los condenados hay tanto militares como miembros de la denominada ‘ala civil’ del golpe, en su mayoría funcionarios conectados con los uniformados. Todos ellos, según el juez, pertenecen a una organización terrorista denominada FETÖ. Esta organización, de filiación secreta, había cooperado durante años con el gobierno de Recep Tayyip Erdogan en la purga de la vieja guardia laicista. Pero las pugnas de poder que luego estallaron entre Erdogan y su ex aliado Gülen llevaron a la asonada.

El intento de golpe de Estado, en un viernes por la noche en hora punta, con un chivatazo de por medio en las horas previas que pudo desmoralizar a algunos batallones inicialmente implicados, desembocó en una carnicería. Al menos 251 personas murieron.

En muchos casos fueron civiles que habían salido a la calle en Ankara y Estambul, convocados por Erdogan para confrontar a los golpistas, que murieron bombardeados, fusilados, acribillados por helicópteros o aplastados por los tanques de los soldados.

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