El 16 de noviembre, el presidente ruso Vladimir Putin aprobó la propuesta del gobierno de establecer un centro logístico para la Armada en Sudán. El jefe de Estado ordenó al Ministerio de Defensa que firmara un acuerdo en nombre de Rusia.
Esta noticia no fue una sorpresa especial, ya que allá por 2017, el presidente de Sudán, Omar Hassan al-Bashir, durante una visita a Moscú, anunció la posibilidad de crear una base militar rusa en su país. Luego, en una reunión con su homólogo ruso Vladimir Putin, Bashir condenó la interferencia occidental en los asuntos internos de los países árabes y dijo que Sudán necesita «protección contra las acciones agresivas de Estados Unidos».
En la actualidad, el acuerdo sobre la creación del PMTO está pasando por las últimas etapas de registro en Sudán, pocos dudan de que finalmente se firme. Por lo tanto, la relación ya sólida entre Rusia y Sudán pasará a un nuevo nivel.
Según el informe del Instituto de Investigación de la Paz de Estocolmo (SIPRI), publicado en 2017, desde 2000, entre todos los países africanos, Sudán es el segundo después de Argelia en términos de compras de armas rusas.
A mediados de la década de 2000, varias publicaciones occidentales acusaron a Rusia de suministrar armas al gobierno sudanés eludiendo las sanciones, que luego se utilizan en el sangriento conflicto de Darfur. Los expertos occidentales argumentan que fue precisamente la influencia de Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU lo que permitió a Sudán evitar el aumento de la presión internacional.
Sudán ha votado repetidamente en contra de la resolución de la Asamblea General de la ONU que proclamó a Crimea como territorio ocupado. Los diplomáticos siempre han subrayado que reconocen los resultados del referéndum sobre la península y el estatus ruso de Crimea.
En 2017, se firmó un acuerdo entre los países para el desarrollo de un proyecto de construcción de una central nuclear en Sudán. Según información de 2020, estamos hablando de la construcción de una unidad nuclear flotante rusa en el país. En febrero de 2020, el embajador ruso Vladimir Zheltov dijo que el proyecto se encontraba en la etapa inicial de aprobación.
Según los expertos, los asesores militares están presentes en Sudán desde hace varios años, quienes han estado realizando capacitaciones en entrenamiento de fuego, tácticas, uso de vehículos blindados y salto en paracaídas con soldados de la infantería y unidades aerotransportadas. Los especialistas rusos también participan en la formación de pilotos de la Fuerza Aérea Sudanesa. Después del golpe de 2019, continuó la cooperación en esta línea y los asesores rusos permanecieron en el país.
En octubre de 2020, la agencia oficial sudanesa SUNA informó que Sudán recibió un buque de guerra de entrenamiento de Rusia. Se entregó en el marco del acuerdo sobre cooperación militar ampliada entre Jartum y Moscú. Este acuerdo se firmó en mayo de 2019 y permite, en particular, a los buques de guerra rusos ingresar a los puertos sudaneses.
El acuerdo establece que no más de cuatro barcos pueden estar en el puesto de control al mismo tiempo, pero el número de barcos en la rada no está limitado de ninguna manera. Por separado, se estipula que el PMTO puede visitar buques de guerra con una planta de energía nuclear.
La tierra debajo del punto se transfiere a Rusia para su uso gratuito, pero a cambio Rusia se compromete a proporcionar a Sudán equipo y armas para organizar una defensa aérea de la base naval del país en Port Sudan.
Además, Rusia tendrá derecho a utilizar el espacio aéreo de Sudán, sus aeropuertos y puertos marítimos para el suministro de armas, municiones y cualquier equipo necesario para garantizar el funcionamiento del punto naval. Estos envíos no estarán sujetos a aranceles u otros cargos.
Está previsto que el acuerdo se suscriba por un período de 25 años, con posibilidad de prórroga automática por otros 10 años en ausencia de objeciones de ambas partes
El PMTO ruso estará ubicado cerca del puerto sudanés más grande de Port Sudan, ubicado casi en el centro de la costa occidental del Mar Rojo. La base principal de las fuerzas navales del país se encuentra cerca del puerto. Por lo tanto, Rusia tiene la oportunidad de controlar estos objetos estratégicos, y el lado sudanés obtiene su cobertura aérea y anti-sabotaje.
La importancia de la región se evidencia por el hecho de que Turquía le está prestando mucha atención. En 2017, Ankara y Jartum firmaron un acuerdo en virtud del cual la pequeña isla de Suakin fue arrendada al lado turco durante 99 años. Formalmente, Ankara declaró que necesitaba la isla para restaurar los monumentos históricos del Imperio Otomano, pero los expertos expresaron suposiciones razonables de que se podría desplegar una instalación militar en la isla con este pretexto.