Se ha abierto una causa penal en Moscú por la reanudación de las actividades de un centro administrativo de “Testigos de Jehová”. Aunque la Corte Suprema de Rusia prohibió la organización extremista en el 2017, el centro ha estado activo desde junio del 2019. Aparte de Moscú, se llevaron a cabo búsquedas en más de otras 20 regiones en todo el país, escribe Izvestia.
El trabajo para descubrir las células prohibidas de los “Testigos de Jehová” se ha estado realizando durante varios años. El investigador de cultos, Alexander Korelov señala que el número de seguidores de los “Testigos de Jehová” ha disminuido significativamente. Solía haber alrededor de 150.000 seguidores en todo el país, pero muchas personas se han marchado de la secta y algunas han abandonado el país.
Según el experto, la gente está estresada por la pandemia del coronavirus, por lo que los “Testigos de Jehová” y otras sectas han intensificado sus actividades.
«Entienden que es más fácil engañar a quienes son psicológicamente inestables y atraerlos a las actividades de la organización», explicó Korelov. «Buscan deliberadamente a personas solteras e intentan reclutarlas para tener en sus manos sus activos inmobiliarios más tarde», agregó.
Los “Testigos de Jehová” utilizan Zoom, los servicios de mensajería y los sitios web de redes sociales para mantener el contacto con sus seguidores y con aquellos que están dispuestos a apoyar sus ideas, pero en su mayoría reclutan nuevos miembros cuando conocen gente en persona.
«Básicamente, la vida humana no tiene valor para los “Testigos de Jehová” y es algo muy peligroso. Pueden funcionar en algún momento y la organización aparentemente pacífica puede convertirse en terrorista», enfatizó Korelov.