Un simulacro de ataque con una bomba nuclear inerte B61-12 en el desierto de Nevada ha completado con éxito la primera de una serie de pruebas de vuelo con el avión de combate más reciente de la Fuerza Aérea, mostrando el primer lanzamiento de la bomba desde el compartimiento interno de la aeronave a una velocidad superior a la del sonido.
La prueba de vuelo de la B61-12 con el F-35A Lightning II ha sido la primera en el campo de ensayos de Tonopah con el nuevo avión. También ha sido la primera de una serie de pruebas que concluirán con demostraciones de los sistemas de armas diseñadas para aumentar la confianza en que la bomba siempre funcionará cuando se la necesite y nunca bajo ninguna otra circunstancia.
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“Estamos mostrando la mayor compatibilidad y versatilidad de la B61-12 para la disuasión nuclear del país, y lo estamos haciendo con la pandemia de COVID-19”, ha declarado Steven Samuels, gerente del equipo del Laboratorio Nacional de Sandia en Nevada. “No estamos disminuyendo la velocidad. Seguimos avanzando con las actividades de compatibilidad de la B61-12 en diferentes plataformas aéreas”.
La prueba también se ha realizado en medio de las restricciones del COVID-19, que pueden hacer más difícil la planificación pero no está frenando el importante trabajo de la misión de Sandia, aclara la gerente del programa, Christine Mitchell.