Según los medios de comunicación israelíes y estadounidenses, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, presuntamente realizó una visita sin previo aviso a Arabia Saudita, donde se reunió con el príncipe heredero Mohammed bin Salman. La presunta visita tuvo lugar al mismo tiempo que el viaje del secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, al reino. La oficina de Netanyahu no confirmó ni negó los informes.
Según se informa, Netanyahu, junto con el director del Mossad (la agencia de inteligencia nacional de Israel), Yossi Cohen, visitaron el domingo la ciudad saudí de Neom, ubicada a solo 75 km del complejo costero israelí de Eilat en el Mar Rojo. Allí, mantuvieron una reunión con el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman. Todos los principales medios israelíes publicaron este informe el lunes citando sus fuentes, junto con el Wall Street Journal, con sede en Estados Unidos.
Según las fuentes, Netanyahu y bin Salman discutieron una serie de temas, incluida la normalización de las relaciones entre Israel y los estados árabes, así como el tema de Irán, sin embargo, no se alcanzaron acuerdos importantes.
«Si el viaje de Netanyahu a Arabia Saudita tuvo lugar, su objetivo puede haber sido consolidar posiciones en el período previo a la presidencia de Biden. Es importante tanto para los israelíes como para los saudíes que Washington mantenga su posición dura sobre Teherán, es decir, en su programa nuclear», dijo Ksenia Svetlova, experta del Centro Interdisciplinario de Herzliya, en una entrevista con Kommersant. Cuando se le preguntó sobre un posible ataque israelí contra Irán, señaló que las fuerzas del país no lo consideran una forma efectiva de enfrentar a Teherán hasta ahora, ya que no conducirá a un cambio de régimen. Podría ralentizar el desarrollo del programa nuclear iraní por un tiempo y darle a Teherán una excusa para un ataque de respuesta contra Israel.
«La salida de Trump asesta un duro golpe a los estados del Golfo Pérsico, especialmente a Arabia Saudita e Israel también. Los saudíes esperan que la administración Biden no cambie su política sobre Teherán, y enfatizan que esperan continuar su asociación con Washington por varios medios», dijo a Kommersant el profesor de la Escuela de Política Mundial de la Universidad Estatal de Moscú, Grigory Kosach. «En cuanto a la normalización de las relaciones con Israel, este proceso se ralentizará después de que Donald Trump se vaya. Hasta ahora, no le conviene a Riad hacer contactos con el público israelí. Mientras tanto, Benjamin Netanyahu necesita sumar puntos internos».