Un parlamentario iraquí denuncia que EE.UU. ha imposibilitado que Irak compre el sistema antiaéreo ruso S-300, un acto de injerencia en los asuntos de Bagdad.
“Un veto estadounidense impide la compra del sistema de defensa aérea ruso S-300”, criticó el domingo en declaraciones a la prensa Ali al-Qanemi, miembro del Comité de Seguridad y Defensa del Parlamento iraquí.
Al mismo tiempo, el diputado árabe puso énfasis en que la compra del sistema avanzado ruso es de suma importancia para proteger el espacio aéreo y las fronteras de su país y preservar la seguridad del territorio iraquí.
Las fronteras de Irak, añadió Al-Qanemi, no son completamente seguras, pues en las regiones norteñas y occidentales del país sigue acechando el peligro, y solo cuentan con métodos primitivos para garantizar la seguridad.
Al respecto, un alto funcionario militar iraquí dijo al medio árabe Al-Araby Al-Jadeed que durante algún tiempo Bagdad había mantenido conversaciones con Moscú para esta compra, pero se quedó en meras palabras debido al rechazo de EE.UU.
Irak cuenta ya con varios helicópteros rusos modelo Mi-35M y Mi-28N, aviones de asalto tipo Su-25 y otros equipos militares, como tanques de la clase T-90S, que utilizó en su lucha contra el grupo terrorista Daesh. Irak erradicó a este grupo a finales de 2017 pero sus remanentes siguen desafiando de vez en cuando a las fuerzas iraquíes, particularmente en las fronteras.
Bagdad, al parecer, ha dejado de confiar en EE.UU. —cuyo apoyo a los terroristas es un hecho—, por lo que se ha decantado por el mercado ruso para defenderse de eventuales ataques.
Desde Washington, contrario a dichas compras, amenazan con sanciones, pero las autoridades iraquíes argumentan que tienen derecho legítimo a importar cualquier arma de cualquier país.