De acuerdo a datos de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) y organismos de atención y rescate hondureños la cifra de muertos a causa del huracán Iota subió a 16 y el número de damnificados supera los 100.000.
Las autoridades hondureñas indicaron que la mayoría de los decesos por Iota fueron producto de deslizamientos de tierra y derrumbes en el departamento de Lempira.
Funcionarios de Defensa Civil continuaron el jueves de esta semana la búsqueda de otros posibles fallecidos y víctimas de los derrumbes en la región occidental del país.
El norteño valle de Sula, la zona más productiva de Honduras, quedó inundado, pero este jueves comenzó a bajar el nivel del agua que cubrió casas y el aeropuerto de San Pedro Sula.
Los aguaceros provocaron el desbordamiento de los caudalosos ríos Ulúa y Chamelecón, que convirtieron el valle de Sula en una inmensa laguna.
Iota azotó el lunes el Caribe Norte de Nicaragua como un huracán de categoría cinco, la máxima potencia, dos semanas después de que el ciclón Eta golpeara la misma zona y dejara al menos 200 muertos y 2.5 millones de afectados.
Alrededor de 4.6 millones de personas se vieron afectadas en Centroamérica, incluyendo 1.8 millones de niños, según estimaciones iniciales del Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef).
Con sus dos centenares de muertos, desaparecidos y graves daños a la infraestructura y a la agricultura, Eta y Iota agravaron la crisis existente en Centroamérica por la pandemia del coronavirus, reseñó TeleSUR.