Cientos de ciudadanos sirios volvieron a salir a las calles de Qamishli para rechazar la presencia ilegal de las tropas de EE.UU. y Turquía en su país.
La marcha de protesta tuvo lugar el martes en la ciudad de Qamishli, en la provincia rica de petróleo de Al-Hasaka (noreste), según informó la agencia oficial de noticias SANA.
Los manifestantes portaban banderas nacionales y pancartas en las que exigían la retirada de las tropas “ocupantes” estadounidense de la región de Al-Yazira, en Al-Hasaka.
Los indignados también condenaron el robo de los recursos naturales sirios, petróleo en concreto, por las tropas estadounidenses y pidieron al Ejército que luche hasta expulsar a todos los ocupantes del territorio sirio.
“La protesta de hoy en Qamishli es un mensaje de rechazo a la presencia de cualquier fuerza ocupante en el territorio sirio”, dijo un manifestante en la protesta.
Además de rechazar la presencia militar estadounidense y turca en su país, los habitantes de las provincias sirias de Al-Hasaka y Deir Ezzor (este), entre otras regiones, han denunciado en reiteradas ocasiones los continuos ataques y arrestos que realizan las milicias kurdo-árabes, las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), secundadas por EE.UU., y la inestabilidad que crean, pues han afectado negativamente a sus negocios y medios de subsistencia.
Los lugareños denuncian también que las milicias kurdas han ocupado escuelas en Al-Hasaka, privando así a miles de niños de su derecho a la educación, y otras prácticas destinadas a desestabilizar la seguridad.
El Gobierno de Damasco acusa a Washington de entrenar, financiar y armar a las bandas terroristas y bandas armadas a fin de derrocar al legítimo Gobierno del presidente Bashar al-Asad, que ha prometido limpiar el país de terroristas y expulsar a los invasores.
El mandatario sirio critica, además, la obsesión de Washington por el petróleo sirio, que demuestra el estilo nazi de la política de la actual Administración estadounidense, presidida por Donald Trump.