El actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quiere castigar a Beijing por la pandemia que comenzó en China, que ha servido como un obstáculo para un segundo mandato de Trump, informa Nezavisimaya Gazeta. Planea incluir en la lista negra a varias empresas estatales y funcionarios chinos por su presunta participación en la persecución de musulmanes en Xinjiang, la supresión de la democracia en Hong Kong o su trabajo para el ejército. Los expertos sugieren que es probable que se impongan nuevas sanciones, ya que el ex presidente Barack Obama dio un paso similar al salir de la Casa Blanca contra Rusia.
Los altos cargos de la administración de Estados Unidos con acceso directo al presidente dicen que Trump planea introducir una serie de decisiones políticas difíciles en sus últimas 10 semanas como presidente de Estados Unidos. Esas decisiones apuntan a cimentar su legado con respecto a China. El sitio web de noticias Axios, con sede en EE.UU., informa que el presidente en funciones quiere que sea políticamente imposible para la administración Biden cambiar su curso sobre China.
Andrey Karneev, quien dirige el Departamento de Estudios Asiáticos y Africanos de la Escuela Superior de Economía, dijo a Nezavisimaya Gazeta que los planes de Trump son similares a los de las últimas semanas de la administración Obama, cuando trabajaba en medidas para castigar a Rusia, no a China.
«Por ejemplo, los diplomáticos rusos fueron expulsados de Estados Unidos. Trump también puede seguir este camino, pero contra China. Trump guarda un serio rencor contra China. Si no fuera por la epidemia, habría tenido más posibilidades de ser reelegido. A principios del 2020, la situación económica era muy favorable para Trump. Por lo tanto, intentará cimentar el sentimiento anti-China en la política estadounidense. Por otro lado, no será difícil para Biden confirmar las sanciones para Xinjiang y Hong Kong. El Partido Demócrata acusó a Trump de preocuparse únicamente por el comercio y la economía, mientras ignora los derechos humanos. En consecuencia, las sanciones en este ámbito no atarán las manos de Biden, lo ayudarán a llevar a cabo su política. La crítica a China es un área donde los republicanos y los demócratas están más o menos unidos”, señaló el experto.
Alexander Lukin, quien dirige el Departamento de Asuntos Internacionales de la Escuela Superior de Economía, también señaló que existen similitudes en el enfoque de Trump hacia Rusia al comienzo de su mandato y la situación en la que se encuentra Biden.
“Tan pronto como Trump intentó mejorar las relaciones con Rusia, los demócratas lo atacaron, tildando de traidor. Y ahora, los republicanos están dispuestos a hacer lo mismo con China. Si Biden toma alguna medida para mejorar las relaciones, los republicanos dirán que está traicionando los intereses del país», dijo el experto al periódico.