El presidente electo Joe Biden enfrenta serios retos en Estados Unidos, un país en extremo dividido al que debe comandar a partir del 20 de enero 2021.
Además de luchar contra el caos que deja su antecesor Donald Trump, el demócrata Biden tratará de hacer historia con su accionar sobre la economía, la inmigración, el cambio climático y restablecer la imagen de su país en el exterior, entre otros asuntos.
En lo inmediato el enfrentamiento a la Covid-19 es por mucho el desafío más importante cuando millones de estadounidenses están contagiados, miles murieron y los pronósticos de un invierno pandémico son aterradores a la espera de una vacuna salvadora.
Después de eso vienen las preocupaciones por una economía que se tambalea, lo cual necesita de medidas inmediatas para encarrilar su curso, señalan analistas y medios de prensa.
Uno de los objetivos del programa económico de Biden es la creación de cinco millones de empleos, un sector muy golpeado por la pandemia. Ya el mandatario prometió que gastará lo que haga falta para entregar créditos a los pequeños negocios e incrementar los pagos directos a las familias.
Acabar con la era de recortes de impuestos de Trump y descontar 10 mil dólares de la cantidad a devolver por los estudiantes en los préstamos para educación del gobierno federal pudiera ser una de las acciones de la Casa Blanca.
Subir el salario mínimo hasta los 15 dólares por hora, una medida muy popular entre jóvenes, pudiera ser un anticipo de acciones más liberales del gobernante aunque mucho dependerá quien tenga la mayoría en el Senado del país algo que debe decidirse el 5 de enero con la elección de las dos butacas del estado de Georgia.
Por otra parte, la anunciada inversión de dos billones de dólares en energías limpias pudiera favorecer un impulso al empleo.
Biden también dijo que una de sus primeras prioridades será hacer retroceder las políticas restrictivas de inmigración de su predecesor, quien promulgó más de 400 cambios para hacer más estricta o bloquear la entrada al país.
Aunque puede hacer retroceder los emitidos por medio de órdenes ejecutivas o memorandos de política, la anulación de las acciones que pasaron por el proceso regulador completo llevará tiempo, según Sarah Pierce, analista de políticas del Instituto de Políticas de Migración.
Eso contempla detener los esfuerzos de la administración Trump de quitar la protección a unos 700 mil jóvenes inmigrantes que fueron traídos al país cuando eran niños.
Por otra parte y según el diario The New York Times, la nueva administración pondrá fin a la declaración de emergencia nacional que permitió a Trump desviar miles de millones de dólares del Pentágono al muro fronterizo, pero un asesor que participó en la transición dijo que no había planes para desmantelar las 400 millas de muro que ya estaban levantadas.
Pero más abarcador resulta el plan de larga data de crear un camino hacia la ciudadanía para casi 11 millones de inmigrantes indocumentados, pero sin un Senado demócrata, una reforma migratoria es probablemente imposible.
Sobre el cambio climático, otro reto sustantivo, lo más inmediato será retornar al país a los Acuerdos de Paris, mediante el cual se comprometió a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero hasta un 28 por ciento antes de 2025 y enfrentar los temores de la población sobre el fenómeno.
En política exterior, la Casa Blanca tratará se apartarse del aislacionismo que caracterizó a la administración a la Trump y restablecer las relaciones quebradas con los aliados de la OTAN, entre otros desafíos, y llegar a un entendimiento con China sobre la actual guerra comercial.
Sin dudas las minas sembradas por Trump hacen que el campo de batalla de Biden sea en extremo complicado y está aún por verse hasta donde logrará avanzar.