La Cámara de Consejeros o Cámara Alta del Parlamento marroquí ha manifestado su «satisfacción» por la «firme y pacífica» operación militar de las Fuerzas Armadas Reales de Marruecos (FAR) contra activistas saharauis que cortaban la carretera que une Marruecos con Mauritania en Guerguerat, zona de distensión según el acuerdo de alto el fuego firmado en 1991 entre Marruecos y el Frente Polisario.
Así, el Senado marroquí ha expresado su «orgullo» por las acciones militares «sin recurrir a las armas y en cumplimiento de la legalidad internacional, incluida la resolución 2548 del Consejo de Seguridad de la ONU» y en respuesta a los «actos criminales de bandidos y mercenarios de la entidad títere (Frente Polisario) que intentaban desestabilizar la región, intimidar a los ciudadanos y obstruir el movimiento de bienes y mercancías», según recoge la agencia de noticias marroquí, MAP.
La moción, aprobada por unanimidad, respalda así las acciones de la FAR «con espíritu de responsabilidad, bajo el liderazgo de Su Majestad el Rey Mohamed VI, Jefe Supremo y Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Reales, para la defensa de la integridad territorial del Reino y los derechos legítimos de la Nación y para garantizar la seguridad y estabilidad en todo el territorio nacional, incluidas las provincias del sur», como denomina oficialmente Marruecos a la antigua colonia es …
El texto se refiere además a «las maniobras estériles y prácticas desesperadas de los enemigos de la integridad territorial que buscan socavar la estabilidad y cambiar el ‘statu quo’ en esta región».
«Los actos de provocación y los actos terroristas perpetrados por milicias separatistas y bandas armadas no pueden afectar en modo alguno la unidad y estabilidad del Reino, ni afectar el progreso del desarrollo y los grandes proyectos lanzados por Su Majestad el Rey Mohamed VI en las provincias del sur», prosigue.
El viernes Marruecos lanzó una operación militar en la zona de Guerguerat, fronteriza con Mauritania, para garantizar la libre circulación tras semanas de bloqueo por parte de activistas saharauis y de «provocaciones» atribuidas desde Rabat al Frente Polisario.