España se desmarca del acuerdo franco-alemán sobre inmigración tras su ausencia en la cumbre antiterrorista.

El Ministerio del Interior aboga por ayudar a los países en origen y desconfía del plan contra el terrorismo de Francia, Alemania, Austria y Países Bajos, que piden reformar el ‘espacio Schengen’ y reforzar las fronteras de la UE sin contar con España, Italia y Grecia.

 

Francia, Alemania, Austria y Países Bajos han protagonizado esta semana una cumbre antiterrorista en la que España fue la gran ausente, junto con Italia y Grecia. A pesar de que los líderes de las principales potencias de la Unión Europea se reunieron para pedir una reforma del ‘espacio Schengen’ y un refuerzo de los controles de las fronteras exteriores, el encuentro no contó con la participación de unos países fundamentales para la estrategia sobre inmigración de la que el Gobierno español ya se ha desmarcado.

La reunión se celebró el pasado martes, tras la sucesión de atentados que han tenido lugar en París, Niza o Viena. El objetivo de este encuentro era abordar la problemática del yihadismo en suelo europeo con una puesta en escena propia de una entente que pretende retomar su agenda antiterrorista para devolverla a la primera fila de la política de la Unión Europea.

La cumbre fue organizada por el Gobierno de Francia, según han confirmado a Vozpópuli fuentes de la Comisión Europea, sin aclarar la notable ausencia del presidente de España, Pedro Sánchez a una reunión a la que asistieron líderes europeos del máximo nivel: el propio presidente francés Emmanuel Macron, la canciller alemana Angela Merkel, el presidente austriaco Sebastian Kurz, y el holandés Mark Rutte, además del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Macron urgió al desarrollo de bases de datos comunes, el intercambio de información y reforzar el dispositivo penal. Tanto él como Merkel y Rutte insistieron en que no se trata de un “conflicto entre cristianos y musulmanes o europeos e inmigrantes”, sino una defensa del modo de vida europeo. Una convivencia respetuosa que compagine los valores comunitarios, inclusive la libertad religiosa, como apuntó Michel, que avanzó un proyecto para homologar la formación de imanes a nivel europeo.

Tanto Macron como Merkel y Rutte insistieron en que no se trata de un “conflicto entre cristianos y musulmanes o europeos e inmigrantes”, sino una defensa del modo de vida europeo

En suma, combatir la radicalización con Internet de los llamados ‘lobos solitarios’ y reforzar los controles en las fronteras, en especial las exteriores para controlar «quién entra y quién sale» del territorio europeo para detectar a terroristas camuflados entre inmigrantes que buscan asilo. Una tarea que recae directamente sobre los países del sur, cuyo sistema de acogida se ha visto desbordado.

Los países del centro de Europa dejaron clara su intención de incrementar los controles fronterizos, aunque sin contar con España, Italia y Grecia, pese a que estos tres estados son fundamentales en las políticas de inmigración por su ubicación geográfica

España aboga por la cooperación internacional como «prioridad» 

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