Un residente de una aldea serbia en la frontera con Hungría, expulsó a unos 50 inmigrantes que destruyeron el interior de toda la instalación.


Un residente de la aldea serbia de Ridzitsa cerca de Sombor en la frontera con Hungría, expulsó el miércoles a unos 50 migrantes de su dacha, que literalmente destruyeron el interior de toda la instalación.

Ese mismo día, hacia las 20:00 horas, en esta aldea, agentes del departamento de policía de Sombor detuvieron y procesaron a un nutrido grupo de migrantes. El jueves, la policía intensificó sus actividades tanto en el pueblo como en los alrededores y, como se entera “Novosti”, será así en los próximos días.

La presencia de la policía, según los vecinos de este pueblo en la misma frontera con Hungría, donde viven algo más de 1.000 personas, ha dado unos primeros resultados.

“Ayer la policía incrementó su presencia, lo que dio resultados positivos entre los vecinos de Ridzica, es decir, que actualmente no hay migrantes en este lugar”, dice Marko Bundic, secretario de la comunidad local.

Los residentes de Ridzica han tenido inconvenientes con los migrantes que caminan descuidadamente por este pueblo durante varios meses. Cientos de ellos pasan por este pacífico asentamiento todos los días y entran en casas de campo y dachas.

La alteración cotidiana del orden, así como el comportamiento inadecuado de los migrantes, infunden miedo en las casas, por lo que los vecinos de Rinitsa esperan que las autoridades estatales competentes les brinden asistencia a largo plazo para solucionar este problema.