La situación en el poblado de Karak, en la campiña oriental de la provincia de Daraa, donde hubo un ataque contra las fuerzas del gobierno sirio el 8 de noviembre, sigue siendo tensa.
El ataque fue una respuesta a una operación de seguridad que tuvo como objetivo las afueras del sur de la ciudad de Daraa. Cinco miembros militares sirios, incluido el teniente coronel Sohan Othman, murieron en el ataque llevado a cabo por extremistas locales.
Otros seis militares fueron secuestrados durante el ataque. Sin embargo, los combatientes los liberaron en unas pocas horas.
Tras el ataque, la 4° División de élite del Ejército Árabe Sirio y la Dirección de Inteligencia de la Fuerza Aérea desplegaron una gran fuerza de ataque alrededor de Karak y cortaron todas las carreteras que conducían a la ciudad.
El 11 de noviembre por la mañana, las fuerzas gubernamentales lanzaron un ataque contra la localidad para capturar a los responsables del incidente del 8 de noviembre. Sin embargo, el ataque se detuvo rápidamente como resultado de un acuerdo.
En virtud del acuerdo, se desplegaron en Karak combatientes de la 8° Brigada respaldada por Rusia, una unidad del 5º Cuerpo dedicada a los ex rebeldes.
Fuentes de la oposición revelaron que los combatientes de la 8ª Brigada llevarían a cabo una serie de redadas en Karak y buscarían a los hombres armados responsables del ataque del 8 de noviembre.
El ataque en Karak es otro ejemplo del estado de anarquía que prevalece en Daraa y otras partes del sur de Siria. La coordinación entre las fuerzas gubernamentales y los ex rebeldes está mejorando. Sin embargo, es necesario hacer más para restaurar la seguridad en la región.