Previamente, Moscú, Bakú y Ereván emitieron una declaración conjunta, declarando el fin de las hostilidades en Nagorno-Karabaj. El nuevo acuerdo estipula el despliegue de casi 2.000 efectivos de mantenimiento de la paz rusos en la región para garantizar que cesen los enfrentamientos.
La declaración se publicó después de que Azerbaiyán reclamara el control de Shushi (Shusha), una ciudad clave en la región.
Mientras tanto, los disturbios continúan en la capital armenia de Ereván después de que se adoptó una nueva declaración de alto el fuego. Los manifestantes irrumpieron en la sede del gobierno el martes temprano, rompiendo ventanas y muebles en el interior y exigiendo la renuncia del primer ministro armenio.
Los informes de los medios dijeron que miles de personas se reunieron en el centro de la ciudad, mientras que otros manifestantes se abrieron paso hacia la sede del gobierno, rompiendo ventanas y dañando los muebles del interior. Mientras tanto, un corresponsal de Sputnik dijo que el presidente de la Asamblea Nacional de Armenia, Ararat Mirzoyan, fue golpeado por manifestantes que exigieron la renuncia del primer ministro Nikol Pashinyan.
Según Pashinyan, no había otra forma que firmar la declaración conjunta sobre el cese de las hostilidades en Nagorno-Karabaj. Según el acuerdo, Azerbaiyán y Armenia se detendrán en sus posiciones actuales, intercambiarán prisioneros y permitirán el despliegue de fuerzas de paz rusas en la región de Nagorno-Karabaj.