El fiscal general de EE.UU., William Barr, ha autorizado este lunes a todos los fiscales federales del Departamento de Justicia a iniciar las investigaciones sobre las acusaciones de las supuestas irregularidades que se habrían cometido durante las pasadas presidenciales, pese a las escasas evidencias de fraude.
Barr ha explicado a través de una carta que tales investigaciones pueden llevarse a cabo siempre y cuando existan «alegaciones claras y aparentemente creíbles» de esas supuestas irregularidades que, «de ser ciertas, podrían potencialmente afectar el resultado» en algún estado en concreto, según cuenta el periódico «USA Today».
Si bien Barr no ha señalado irregularidad alguna en el texto que ha enviado a los fiscales, sí les ha pedido que en caso de iniciar cualquier investigación al respecto, ésta debe llevarse «con la precaución adecuada» y manteniendo «el compromiso absoluto de neutralidad» del Departamento de Justicia.
«Habiéndome familiarizado con la nueva norma y sus ramificaciones, lamentablemente debo renunciar a mi cargo como director de la División de Crímenes Electorales», anunció Pilger en una comunicación interna filtrada a medios estadounidenses.
Sin embargo, Barr ha sido otra de las figuras del entorno republicano que no escatimó durante el periodo electoral en ataques hacia el voto por correo, principal argumento que esgrime el todavía presidente de EE.UU., Donald Trump, y algunos de sus aliados más fieles, para denunciar fraude en los comicios.