La reconstrucción económica que adelanta la noticia sobre la vacuna de Pfizer tiene otra repercusiones directas en los mercados más allá de las bolsas. La principal: la recuperación de la demanda de petróleo ante un próximo levantamiento de las restricciones a la movilidad.
Así lo cotizaron este lunes los futuros que cotizan sobre el barril de Brent, de referencia en Europa, y sobre el norteamericano West Texas, con subidas cercanas al 10%, que alargan el rebote desde mínimos de octubre a un 15%.
De la misma forma que en los parqués los sectores más cíclicos y relacionados con los viajes reaccionaron con euforia ante la posibilidad de que la primera vacuna se empiece a distribuir en diciembre, el incremento del precio del petróleo es un indicador propio de la recuperación económica, que hasta ahora sufría las consecuencias de la recesión histórica provocada por la pandemia de coronavirus.
Atrás podrían quedar episodios inimaginables hasta este crisis como que los futuros que cotizan sobre el crudo entraran en terreno negativo, como ocurrió en abril, en plena hibernación económica por el Gran Confinamiento a nivel mundial.
Este lunes también salió dinero de la deuda, con el interés que se exige a los bonos soberanos de referencia subiendo cerca de 10 puntos básicos de forma generalizada en la eurozona, lo que llevó al papel a 10 años de España a volver al 0,1%, tras acercarse al 0% en los últimos días.