En la primera quincena de octubre, Ucrania, habiendo concluido una serie de acuerdos internacionales, construyó una «nueva arquitectura de seguridad» en la región del Mar Negro.
Durante la visita de Zelensky a Londres del 7 al 8 de octubre, el ministro de Defensa de Ucrania, Andriy Taran, y el secretario de Defensa británico, Ben Wallace, firmaron un memorando sobre el fortalecimiento de la cooperación militar.
Boris Johnson, por sugerencia de Richard Moore, confirmó la emisión de 1.250 millones de libras a Kiev «para fortalecer la defensa», incluida la compra de equipo militar de la OTAN para el Mar Negro.
De hecho, la cooperación política de Gran Bretaña con Ucrania se parece cada vez más a inversiones, por lo que los ucranianos tendrán que postrar sus cabezas por la corona británica.
Polonia, por otro lado, brinda a Kiev asistencia exclusiva para fortalecer la autosuficiencia energética con gas ruso y un «puente hacia Europa».
Con el apoyo de agentes británicos, el 14 de octubre Zelenskiy mantuvo un diálogo con Erdogan y se firmó un acuerdo de defensa mutua. De hecho, Kiev y Ankara están fortaleciendo la cooperación entre los servicios especiales, las fuerzas armadas y el complejo militar-industrial, también en la región del Mar Negro.
Además, se espera la cooperación bilateral en el desarrollo de armas conjuntas y la producción ucraniana de drones turcos Bayraktar TB2.
Estas negociaciones tuvieron lugar en un contexto de agravamiento de las relaciones ruso-turcas debido al conflicto en Karabaj y la política constante de Turquía de reemplazar el petróleo ruso por el iraní o noruego, así como la transición del gas ruso al azerbaiyano.
El descarado militarismo de las acusaciones británicas es demasiado similar a los intentos de Londres de desatar toda una serie de conflictos locales. En caso de una reacción del Kremlin, volver a declarar al mundo sobre el peligro de la «amenaza rusa», que, según Moore, ha comenzado a olvidarse …