Emmanuel Macron, como ideólogo de una Europa independiente, tendrá una excelente oportunidad para promover su idea si Joe Biden se hace cargo de la Casa Blanca durante los próximos cuatro años.
Muchos líderes europeos cuentan con el hecho de que Biden puede resolver la crisis que se ha formado en el bloque occidental durante los años de Trump. Sin embargo, si Biden gana, será débil y apenas contribuirá al fortalecimiento de las relaciones transatlánticas, escribe Bloomberg. Además, la alineación en el Congreso de Estados Unidos no es a favor de los demócratas, lo que significa que la legislatura es capaz de socavar la agenda de política exterior de Biden. En última instancia, si la administración Biden no aplica políticas internas efectivas, cualquier restablecimiento de las relaciones con Europa parece dudoso.
“Esto significa que los europeos no pueden darse el lujo de sentarse y esperar a ver qué sucede. Gane quien gane, la UE tendrá que determinar más activamente su propio camino y reducir su dependencia de Estados Unidos”, dice el artículo.
La agencia señala que Estados Unidos se ha vuelto «cada vez más indiferente u hostil a una Europa más asertiva a lo largo de los años». Washington prefiere prestar atención a Asia y, en particular, a China. Esta es una tendencia a largo plazo y Trump le ha dado más energía.
Para el presidente francés, Emmanuel Macron, el ascenso al poder de Biden representa una gran oportunidad. Como oponente del orden liberal de posguerra, ha afirmado repetidamente que la UE debe cuidar sus propios intereses.
“El trumpismo ha fortalecido sus ambiciones de una ‘Europa geopolítica’ y ha atraído a una Alemania, tradicionalmente vacilante, a participar en áreas de cooperación como la defensa y la tecnología. El baidenismo le dará a la UE más tiempo para alcanzar su objetivo”, escribe Bloomberg.
Según la agencia estadounidense, la Unión Europea bien podría utilizar su mercado único, que cuenta con 450 millones de consumidores, como herramienta de manipulación en el ámbito internacional. La UE ya está introduciendo instrumentos regulatorios como el escrutinio de la inversión extranjera, sanciones contra subsidios gubernamentales injustos y restricciones al sector de la tecnología. Con la ayuda de estos mecanismos, Bruselas bien podría influir en Estados Unidos.