En serios aprietos se encuentra el expresidente de México Enrique Peña Nieto por desvio de recursos y corrupción


Un nuevo testigo protegido para el caso de la denominada estafa maestra ocurrida bajo el gobierno anterior, tiene en ascuas al expresidente mexicano Enrique Peña Nieto (2012-2018), quien reside en España.

Emilio Zebadúa es un exoficial mayor de las secretarías de Desarrollo Social y Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, quien propuso al gobierno ser testigo protegido y delatar las operaciones de desvíos en los que participaron Peña Nieto y su secretaria de Gobierno Rosario Robles, única presa por el desfalco de cinco mil millones de pesos (400 millones de dólares al cambio de entonces).

Para acabarlo de hundir, hace unas horas el exgobernador de Veracruz Javier Duarte afirmó desde la prisión que tiene la disposición de declarar todo lo que le consta en ese caso ante la autoridad correspondiente sin necesidad de solicitar criterio de oportunidad o beneficio alguno, para aclarar y apoyar la investigación y que se sepa la verdad.

La estafa maestra es el nombre de una investigación periodística hecha por el portal de noticias Animal Político en septiembre de 2017, la cual desenredó un sistema de 128 empresas fantasmas mediante las cuales el gobierno de Peña Nieto desvió esa enorme suma de dólares a través de una red que involucró a 11 dependencias del Estado, ocho universidades públicas, diversas empresas privadas y más de 50 servidores de distintos niveles de gobierno.

El tema –perteneciente al ámbito judicial con el juicio al exdirector de Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya- resurgió hoy en la conferencia de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador al ser preguntado sobre la solicitud de Zebedúa de ser considerado testigo protegido.

El origen del descubrimiento de la estafa fue un informe de la Auditoría Superior de la Federación sobre las cuentas públicas del gobierno federal en 2013-2014 el cual supuso un escándalo político sin precedentes que a la fecha no ha tenido ningún cargo criminal individual, salvo el de Rosario Robles.

López Obrador reiteró su criterio de que se concedan esos privilegios si los testigos aportan pruebas de culpabilidad de los encartados, pero aclaró que lo importante es que se recupere el dinero del pueblo y se repare el daño a la nación. Tendrán dijo, disminución de penas, pero se les incautarán los bienes mal habidos.

Al margen de ello lo más llamativo es que hasta el momento Peña Nieto ha tratado de permanecer en la sombra y no formar aspavientos como hacen otros dos expresidentes involucrados, Vicente Fox y Felipe Calderón, quienes aparentan estar a la ofensiva pero en realidad es todo lo contrario porque hay muchas pruebas que apuntan a sus responsabilidades en la ola de corrupción desata en sus respectivos gobiernos.

Parodiando el título de una película japonesa, todos los caminos de la estafa maestra y de los sobornos de Odebrecht conducen a Peña Nieto, y ahora toman una derivación más directa hacia su persona con la aparición en escena de Zebedúa y Duarte quienes, con Lozoya a la cabeza, forman un trío de pesadillas y le hacen imposible hacer mutis por el foro y desaparecer tras bambalinas.

Algunos allegados al expresidente por el Partido Revolucionario Institucional califican de pánico el momento que vive Peña Nieto en Madrid, al punto de que ha pensado abandonar la comodidad de su lujosa finca en Pozuelos de Alarcón.

El tema es, decía un diario capitalino, que toda la estrategia armada con sus abogados para rebatir las acusaciones de Lozoya no le sirven para hacerlo con Zebedúa y Duarte, y no es lo mismo desmentir a un testigo que a tres, y todos muy cercanos a él durante su sexenio de gobierno.

Las reiteradas declaraciones de López Obrador de que no desearía que juzgaran a los cinco expresidentes neoliberales causantes de la extrema corrupción e impunidad, y esos juicios fueran sin sanciones penales sino morales, tampoco convencen a Peña Nieto pues, ante pruebas irrefutables de culpabilidad, los tribunales estarán en la obligación de sancionarlo.

‘Está apanicado, aterrado y ya se quiere mover de Madrid porque teme que haya acusaciones en su contra’, dijeron El Universal y Político.

Ya Emilio Lozoya, agregan, había acusado a Peña Nieto y a su muy cercano exsecretario Luis Videgaray de ser los responsables de la corrupción que permitió a Odebrecht entregar sobornos de 10 millones de dólares para la campaña presidencial de 2012.

Ahora las declaraciones que rinda Zebadúa sobre las operaciones de contratos simulados en Sedesol y Sedatu, para obtener recursos, lo involucrarían directamente y también a Videgaray.

El pánico de Peña Nieto ante estas investigaciones es directamente proporcional al que siente Luis Videgaray desde Boston ante la confirmación de que sí hay una orden de aprehensión en su contra, según lo confirmó ayer la Fiscalía General de la República.

Ambos, como se dice en el lenguaje popular mexicano, están muy ‘apanicados’ ante el giro inesperado de los casos de corrupción Odebrecht y la estafa maestra.

Fuente