Putin está convencido de que deben descartarse en Rusia las provocaciones basadas en diferencias sectarias.
«La situación en varios países, lo vemos, es complicada, y vemos a dónde conducen las acciones de todo tipo de provocadores, aquellos que, bajo la apariencia de la libertad de expresión, ofenden los sentimientos de los creyentes, y aquellos que usan esto como pretexto para justificar la violencia y la intolerancia», dijo el jefe de Estado en una reunión con representantes de asociaciones religiosas el miércoles.
Según Putin, «el resultado es el mismo: en la sociedad, como una bola de nieve, los conflictos están creciendo y pueden arder durante años, décadas». «Juntos debemos, debemos hacer todo lo posible para, en principio, excluir tal desarrollo de eventos en nuestro país», dijo Putin.
Según el mandatario, los valores tradicionales en el mundo enfrentan serios desafíos, convirtiéndose en objeto de juegos políticos sin escrúpulos.
«Es importante entender que se están produciendo cambios profundos en el mundo. Los valores tradicionales se enfrentan a serios desafíos, y los temas más complejos y extremadamente sensibles de las relaciones interétnicas e interreligiosas, lamentablemente, a veces se convierten en objeto de especulaciones y juegos geopolíticos sin escrúpulos», dijo el líder ruso.
Hizo hincapié en que los extremistas y los radicales están tratando de parasitarlos, incitando al odio y la enemistad mutuos.
«Para nuestro enorme, gran país, la paz interétnica e interreligiosa es la base de los cimientos, esta área necesita la atención constante de todas las autoridades, la sociedad civil, los medios», dijo Putin, y que el trabajo en esta dirección debe ser sutil, significativo y minucioso. Hizo hincapié en que Rusia está tratando de actuar de esta manera, de la manera más delicada y constructiva posible.
Putin recordó que las tradiciones de una relación amable y respetuosa entre personas de diferentes nacionalidades y religiones fueron legadas a los rusos por sus antepasados. «Pero no es suficiente estar orgulloso de esta herencia espiritual viva, la experiencia de crear una civilización única», dijo. «Sus [tradiciones] deben ser protegidas, fortalecidas y desarrolladas. Este es nuestro deber común para con las generaciones presentes y futuras», concluyó el jefe de Estado.