Un incendio destruye parcialmente un campo de refugiados en la Isla Griega de Samos.

Un incendio ha arrasado esta madrugada una parte del campo de refugiados de la isla griega de Samos. No hay constancia que se hayan producido heridos ni víctimas mortales entre los 4.000 refugiados que malviven en barracas alrededor del centro de identificación del gobierno griego, que hace años que está desbordado.

 

Según el Ministerio de Migraciones, se han destruido una quincena de barracas, pero las imágenes enviadas a la AHORA por residentes del campo muestran que son muchas más. Hoy por hoy se desconocen las causas del fuego, que ha afectado la parte izquierda del campo, donde hay las comunidades africanas. Los refugiados denominan este lugar la Jungla, y es considerado el campo en peores condiciones de la Unión Europea.

«Me he despertado a las cuatro y cuarto de la madrugada por los gritos de la gente y el ruido de la explosión de una bombona de gas. He salido de la barraca y he visto el fuego a la zona de los africanos», explica al AHORA Ahmad Ebrahim, un refugiado sirianopalestí que vive en el campo. » he ido y he encontrado muchas barracas quemadas. Ahora la gente está en la entrada del campo sin saber qué hacer ni donde ir. Tienen miedo y están muy agotados después del terremoto de viernes y las réplicas que continúa sufriendo la isla», recuerda.

Los refugiados están atrapados en la isla griega por la política de «contención» de Grecia y la Unión Europea, que desde el acuerdo entre la UE y Turquía del 2016 ha convertido las islas del Egeo en un limbo donde la gente espera meses o años que se tramiten sus peticiones de asilo en condiciones penosas. Con la pandemia de covid-19, los confinamientos dictados por las autoridades griegas han incrementado la tensión porque han empeorado todavía más la situación de las mujeres, hombres y criaturas que sobreviven en este tipo de favela en que se han convertido los bosques del alrededor del centro. Los refugiados no tienen permiso para salir de la isla mientras se tramitan sus solicitudes.

 

«El fuego se pudo apagar, pero 4.000 personas continúan atrapadas en un campo con capacidad para 648», denuncia Iorgos Karagiannis, jefe de misión de Médicos Sin Fronteras en Grecia. «Gente que ya estaba traumatizada continúa estando sometida a un grave peligro».

 

«Después de cinco años trabajando en este tipo de campos en las islas griegas, MSF ha reiterado los llamamientos porque sean evacuados a un lugar seguro donde su salud física y mental no esté amenazada. Este incendio, y los que ha habido antes, demuestran una negligencia deliberada de la UE y el gobierno griego para la seguridad de miles de hombres, mujeres y criaturas. Es vergonzoso. No se puede esperar ni un día más a llevar esta gente a un lugar seguro».

Hace tres días que a Samos hubo un terremoto de magnitud 6,8 que dejó dos adolescentes muertos en la isla, fuera del campo de refugiados. Los daños más graves se produjeron en la ciudad turca de Esmirna, muy próxima en la isla, donde murieron 79 personas en el balance provisional, mientras que los equipos de emergencia continúan buscando cuerpos entre el escombro de los edificios que se hundieron.

 

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