Moscú y Minsk buscan demostrar unidad en cuestiones de integración de la defensa en medio de los actuales disturbios políticos en Bielorrusia. El resultado de una conferencia conjunta de los ministerios de defensa de los dos países es una prueba más de ello, escribe Nezavisimaya Gazeta.
En cierto modo, los problemas nacionales de Lukashenko también son problemas de Rusia, ya que Bielorrusia es parte del Estado de la Unión. Es difícil decir si se formará un Ejército de la Unión en los próximos años, pero tanto Moscú como Minsk han mostrado su intención de crear fuerzas armadas unificadas a medida que aumenta la inestabilidad interna en Bielorrusia.
Los dos países dejaron clara su posición el martes al dar luz verde al plan para los simulacros estratégicos conjuntos Zapad-2021.
«Los enfoques para repeler una posible agresión contra Rusia y Bielorrusia se desarrollaron en el momento del ejercicio Zapad-2017, cuando los países de la OTAN estaban reubicando tropas en los estados bálticos y Polonia. Ahora, sus tropas están presentes allí constantemente, de forma rotatoria», dijo al periódico el experto militar teniente general Yuri Netkachev.
Mientras tanto, no hay información específica sobre el futuro de la integración de la defensa entre Rusia y Bielorrusia.
Según el experto militar teniente coronel Alexander Ovchinninkov, Moscú no está exigiendo que se establezcan más bases militares rusas en Bielorrusia a cambio del suministro de armas avanzadas.
«No creo que el régimen de Lukashenko dependa de fuerzas conjuntas ruso-bielorrusas. Sin embargo, será un elemento disuasorio para los enemigos internos y externos. También puede ser una de las principales premisas para formar un Ejército de la Unión que protegerá al Estado de la Unión desde la frontera con Polonia en el Oeste hasta la frontera con Japón en el Este», enfatizó Ovchinnikov.