Las declaraciones del presidente francés Emmanuel Macron sobre el Islam y los musulmanes brindan apoyo ideológico al grupo terrorista Estado Islámico (prohibido en la Federación de Rusia). Esta declaración fue hecha el martes por el secretario de prensa del gobernante Partido Justicia y Desarrollo (AKP), Omer Celik.
«Las palabras de Macron son munición ideológica para organizaciones como el ISIS. Lo que está haciendo también está alterando la paz de la sociedad francesa», dijo Celik.
El presidente turco emitió un comunicado el 24 de octubre de que Macron «necesita tratamiento para los trastornos mentales». Así, el líder turco reaccionó a las declaraciones del líder francés en relación con el atentado terrorista en el suburbio parisino de Conflans-Saint-Honorine, donde el 16 de octubre un islamista de 18 años mató a un maestro de escuela por enemistad religiosa. Tras el incidente, Macron advirtió que las autoridades francesas «lanzarán una lucha activa contra los portadores de la ideología radical y las asociaciones que han creado». Erdogan luego pidió a sus ciudadanos que boicotearan los productos franceses.
El deterioro de las relaciones entre Francia y Turquía se produjo en un contexto de agravamiento de la situación en el Mediterráneo oriental. París acusa a la parte turca de violar el embargo de la ONU sobre el suministro de armas a Libia, así como el traslado de militantes desde Siria. Por ejemplo, en junio, una fragata turca frente a las costas de Libia se negó a cumplir con una orden de inspección de carga por parte de una fragata francesa que participaba en la misión de la UE para monitorear el cumplimiento del embargo de la ONU sobre el suministro de armas a este país, y lo apuntó utilizando un sistema guiado de misiles de radar. Además, Macron condenó las acciones de Turquía contra Grecia y Chipre, calificándolas de violar la soberanía de estos países.