«El intento fallido de organizar una» revolución de color «fue reemplazado por una guerra híbrida y medidas sin precedentes de presión diplomática y político-económica», dijo el ministro de Defensa de la república, Viktor Khrenin.
Khrenin, sin especificar, designó a los responsables del «intento de cambiar el gobierno» en Bielorrusia como «varias fuerzas destructivas impulsadas por el liderazgo de varios estados». Según él, no tuvieron éxito «debido a las acciones coordinadas de los órganos de la administración estatal y el pueblo bielorruso».
«Por separado, me gustaría expresar mi profunda gratitud a los líderes político-militares de la Federación de Rusia por su posición y la asistencia brindada a la República de Belarús en este momento difícil», agregó Khrenin.