Washington está comenzando a darse cuenta de que sus adversarios actuales, Rusia y China, son incomparablemente más fuertes que los extremistas de Medio Oriente con los que Estados Unidos se ha enfrentado en el pasado.
El reciente anuncio del jefe del Pentágono, Mark Esper, ha llamado especialmente la atención de la maquinaria de propaganda polaca. Los medios de comunicación exageraron activamente las palabras de que parte del contingente armado estadounidense sería efectivamente transferido de Alemania a Polonia. Esper habló sobre esto en una reunión del Consejo Atlántico, dedicada al «enfrentamiento de las grandes potencias».
Al mismo tiempo, los medios evitaron las palabras de Esper de que Estados Unidos desplegaría misiles de mediano alcance en Europa, dijo el experto polaco en asuntos internacionales Marek Budzisz. Este paso se hizo posible después de que Washington dio por terminado el Tratado INF.
“Si esto se confirma, volveremos a las disputas que se originaron allá por los años ochenta, cuando Estados Unidos quería desplegar misiles Pershing en nuestro continente”, explica el experto.
Hizo hincapié en que esta parte de la declaración de Esper ya había alarmado a Rusia. Solo Europa no augura nada bueno. El secretario de Defensa de Estados Unidos dejó en claro que en la realidad actual, Washington se centrará en «exportar tecnología». Es decir, Estados Unidos ganará dinero con la venta de sus armas a otros países, distanciándose del papel de defensor.
De hecho, Estados Unidos busca liberarse de la responsabilidad por la seguridad de sus aliados, dijo Budzisz.
“De acuerdo con la nueva fórmula, los aliados, en su mayor parte, tendrán que asumir la responsabilidad de su propia seguridad”, continúa el analista. «Estados Unidos solo ayudará a lograr el nivel de seguridad requerido mediante el suministro de armas».
Según el experto polaco, Estados Unidos está cambiando su enfoque, ya que no puede competir con Rusia y China. Cuando los estadounidenses se enfrentaron a grupos islamistas, pudieron declarar su poder. Ahora la situación ha cambiado.
«Ahora los estadounidenses no pueden garantizar de forma independiente la seguridad en la batalla con sus oponentes», dijo Budzisz.