El gobierno británico rechazó hoy una oferta de última hora de la Unión Europea (UE) para reanudar las pláticas comerciales post-Brexit, y exigió al bloque cambiar su posición para volver a la mesa de negociaciones.
El Reino Unido sigue creyendo que no hay bases para reanudar las conversaciones a menos que haya un cambio fundamental en el enfoque de la UE, aseguró este lunes un vocero del primer ministro británico, Boris Johnson.
La declaración del portavoz oficial del gobernante conservador fue en respuesta a un mensaje enviado a través de Twitter por el jefe negociador europeo, Michel Barnier, en el que anunció la disposición del bloque a intensificar las negociaciones.
El Reino Unido abandonó la alianza el 31 de enero pasado como parte del proceso del Brexit, pero ambas partes se dieron un plazo de 11 meses para negociar los términos de su futura relación comercial.
Transcurridas nueve rondas de conversaciones bilaterales, y a poco más de dos meses para que expire el llamado periodo de transición, las negociaciones se encuentran estancadas por desavenencias sobre las cuotas pesqueras y las reglas para resolver disputas y evitar la competencia desleal.
El viernes pasado, Johnson dio por terminadas las conversaciones, y dijo que no volvería a la mesa a menos que la UE cambie su postura respecto a los puntos en conflicto, pero desde Bruselas le ripostaron que no están dispuestos a firmar un acuerdo ‘a cualquier precio’.
Según el vocero del gobierno británico, la parte europea tiene que entender que se trata de firmar un acuerdo entre dos partes iguales soberanas, y aceptar que las concesiones deben hacerlas ambos, no solo la parte británica.
En caso de no sellar un pacto antes de fin de año, los dos antiguos aliados tendrán que regirse por las reglas de la Organización Mundial del Comercio, lo que supone la aplicación de tarifas y controles aduaneros para las mercancías británicas que entren a la zona europea, y viceversa.
El empresariado británico, que enfrenta ahora la triple amenaza del resurgimiento de la Covid-19, las nuevas restricciones impuestas para tratar de contener la enfermedad, y una salida desordenada de la UE, teme sufrir grandes pérdidas en caso de un Brexit duro, a pesar de que Johnson asegura que el país ‘prosperará de forma poderosa’ una vez fuera del bloque.
Según predicciones, un divorcio en malos términos luego de 47 años de alianza podría interrumpir las operaciones manufactureras, minoristas y agrícolas del Reino Unido, además de provocar escasez de medicinas y alimentos, y hasta desórdenes públicos.