Después de una pausa de cuatro años, Rusia fue reelegida para el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas junto con 14 países más. Rusia recibió 158 votos de aprobación en la Asamblea General de la ONU de 193 miembros. Moscú abandonó el Consejo en noviembre del 2016 después de que más de 80 organizaciones de derechos humanos pidieran a los estados miembros de la ONU que votaran en contra de la participación de Rusia por su apoyo militar al presidente sirio Bashar Al Assad. Este año, la elección de Rusia, así como de China y Cuba generó duras críticas de Estados Unidos, que abandonó el Consejo en el 2018, escribe Izvestia.
«Las críticas de ellos suenan bastante ambiguas. Desde que dejaron el Consejo, ¿por qué debería molestarles quién está allí y por qué Rusia está allí», dijo el Director General del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia, Andreiy Kortunov.
Estados Unidos se retira constantemente de esos eventos y organizaciones, donde no logra dominar, según el director adjunto del Centro de Estudios Integrales Europeos e Internacionales de la Universidad Nacional de Investigación de la Escuela Superior de Economía, Dimitri Suslov. «El Consejo de Derechos Humanos de la ONU es un ejemplo vívido. Estados Unidos ha estado criticando esta estructura durante mucho tiempo porque no está controlada por Occidente, es decir, Washington, y no promueve la agenda estadounidense sobre estos temas».
No existen criterios universales para elegir países para el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, señaló Suslov. «La elección de Rusia muestra que Occidente no ha monopolizado las cuestiones de derechos humanos y la comunidad internacional tiene un enfoque más amplio y neutral al respecto, mientras que la relación de la comunidad internacional con Moscú es básicamente positiva y en este caso la Asamblea General de la ONU expresa esta opinión», agregó el experto. Según Suslov, Rusia tiene una agenda seria en cuestiones de derechos humanos.