Se desplegará a miles de agentes de la ley en las principales ciudades de Francia para controlar el cumplimiento de las estrictas medidas adoptadas para contener una segunda ola de coronavirus.
El ministro del Interior, Gerald Darmanin, anunció el jueves que se utilizarán 12.000 agentes para hacer cumplir los toques de queda en las áreas metropolitanas cuando entren en vigor a partir del sábado. Sin embargo, la policía no se utilizará para cerrar reuniones de más de seis personas si se llevan a cabo en propiedad privada, dijo el ministro.
Advirtió que quienes sean sorprendidos ignorando el toque de queda enfrentarán una multa de 135 euros (158 dólares), que podría aumentar hasta los 7.500 euros (8.771 dólares), y dar lugar a una sentencia de prisión de seis meses, por tercera vez. Los residentes en las áreas afectadas deberán llevar documentos que demuestren que viajan al trabajo o realizan otras actividades «esenciales».
El presidente francés, Emmanuel Macron, dio a conocer nuevas reglas para París y otras ocho ciudades el miércoles, incluido un toque de queda desde las 9 p.m. hasta las 6 a.m. En total, alrededor de 19 millones de personas se verán afectadas por las nuevas restricciones.
Las áreas del país que no estarán bajo el toque de queda también verán restricciones más estrictas, incluida la prohibición de fiestas privadas e incluso bodas.
Las nuevas reglas están programadas para durar un mínimo de cuatro semanas y podrían extenderse potencialmente si el parlamento aprueba la medida. París y muchas otras ciudades de Francia han sido declaradas zonas de “alto riesgo”, lo que obliga a cerrar los bares.
Francia registró 22.591 nuevas pruebas positivas de Covid-19 y 95 muertes relacionadas con Covid durante las últimas 24 horas el miércoles, lo que eleva su total a 779.063 casos y 33.037 muertes.