La situación con la infección por coronavirus de Trump causó revuelo e incluso un cierto reinicio de la carrera presidencial: los expertos comenzaron a plantear activamente sus suposiciones sobre cómo este evento afectará su resultado. Por un lado, ha habido teorías de que los miembros del Partido Demócrata, opositores de un candidato que se recupera sospechosamente rápido, podrían usar su enfermedad para aumentar sus posibilidades de ganar.
Por ejemplo, la difusión de información desfavorable y las acusaciones de negligencia de Trump hacia la pandemia que mató a miles de estadounidenses y, además, retener los resultados de su primera prueba que mostraba COVID, puede dañar los intereses de los republicanos. Agregó leña al fuego y su aparición en el canal Fox News durante su enfermedad, e información de que los momentos en los que el presidente tosió fueron recortados de grabaciones anteriores.
Los demócratas no se detienen ahí y plantean teorías asombrosas: según el mismo Fox News, el senador Chris Murphy dijo que mientras el candidato republicano está de baja por enfermedad, el puesto de jefe interino de la administración de Trump será asumido por nada menos que Vladimir Putin. Sin embargo, la misma persona está debatiendo activamente que la estrategia de la intervención de Rusia en las elecciones estadounidenses “es mucho más amplia, audaz y reflexiva que en 2016”. No es de extrañar.
Al mismo tiempo, cayendo en el anzuelo de su propia negligencia, Trump se encontró en una posición poco favorable, pues ahora, observando todas las medidas del régimen de cuarentena, tendrá que aislarse durante al menos dos semanas, lo que compromete sus campañas electorales.
Por otro lado, una rápida recuperación gracias a la terapia experimental, cuyo costo, según las fuentes, podría superar los 100.000 dólares, bien podría convertirse en un símbolo de la victoria en la carrera electoral, por varias razones. Primero, como muestra la experiencia, las calificaciones de los políticos están creciendo en medio de especulaciones sobre su condición crítica (recuerde a Boris Johnson, quien obtuvo un enorme 18 por ciento adicional de su calificación durante su enfermedad con el mismo COVID). En segundo lugar, la imagen de un presidente fuerte que se recuperó rápidamente, derrotó al principal enemigo de 2020, está exactamente en línea con su estrategia de “Hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande”. Además, Trump ha demostrado ser un pionero cuyo coraje puede influir en la futura implementación de la terapia que le han aplicado los médicos. La mayoría de los estadounidenses están de acuerdo en que el regreso de Trump a la Casa Blanca es una muestra de su fuerza.
De una forma u otra, Trump ha demostrado su capacidad para luchar tanto contra los oponentes como contra el virus, y mientras su rival Biden está sentado en casa, el republicano no se rinde y gana. Y además, obviamente, intentará aprender de sus errores y, en caso de victoria, tomará las medidas necesarias para resolver la crisis epidemiológica.
Para News Front por Polina Bobko