Estados Unidos necesita repensar su hegemonía y hablar con China de imponer límites a su competencia, porque la alternativa es la creación de condiciones similares a las que precedieron a la Primera Guerra Mundial, advirtió Henry Kissinger.
«Nuestros líderes y sus líderes tienen que discutir los límites más allá de los cuales no empujarán las amenazas, y cómo definir eso», dijo Kissinger, un alto diplomático durante la administración Nixon, a quien se le atribuye haber orquestado el acercamiento de Estados Unidos con China.
“Se puede decir que esto es totalmente imposible, pero si lo es, nos deslizaremos hacia una situación similar a la Primera Guerra Mundial”, advirtió.
El desarrollo de tecnología como la inteligencia artificial (IA) ha marcado el comienzo de un salto hacia adelante posiblemente diferente a cualquier otro desde la introducción de la imprenta, haciendo que el mundo sea demasiado complejo para el unilateralismo, dijo Kissinger.
Washington necesita “una nueva forma de pensar” que reconozca que hoy ningún país es capaz de “lograr una superioridad unilateral tanto en estrategia como en economía que nadie esté en condiciones de amenazarlo”, agregó.
“Este es un gran desafío para cualquier administración, y no es un desafío partidista, es un desafío histórico porque no podemos revisarlo cada cuatro u ocho años, y si no podemos aclarar esto en nuestro propio país, podemos ‘ tratar con otros países «. Kissinger sugirió que las conversaciones propuestas con China deberían llevarse a cabo durante muchos años para trascender el partidismo en Estados Unidos.
El exdiplomático emitió este miércoles su advertencia durante un evento virtual auspiciado por el Economic Club de Nueva York. El economista John Williams, que preside el Banco de la Reserva Federal de Nueva York, fue el otro invitado a la discusión.
La administración Trump ha perseguido la confrontación con China en varios frentes. Entre otras cosas, impuso aranceles a las exportaciones chinas a EE. UU., Presionó a las empresas de tecnología y comunicaciones chinas para que salieran de los mercados estadounidenses e intentó culpar a Pekín por el daño causado por la pandemia Covid-19.
La retórica anti-china fue adoptada de alguna manera por su rival demócrata en las elecciones presidenciales, Joe Biden, quien una vez defendió la adhesión de China a la Organización Mundial del Comercio. La amplia promesa de ser duro con China, al contrario de cómo lo describe la campaña de Trump, puede o no traducirse en política, en caso de que Biden gane la presidencia en noviembre.