Moscú no va a respaldar la idea de volver a realizar las elecciones presidenciales en Bielorrusia. Las fuentes diplomáticas de Rusia dijeron a Izvestia que todos los pasos adicionales dependerían de la reforma constitucional, que había propuesto el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko. Sin embargo, este enfoque difiere mucho de los llamamientos de la oposición bielorrusa y de Occidente. En una reunión entre la canciller alemana Angela Merkel y la ex candidata presidencial bielorrusa Svetlana Tikhanovskaya, las partes discutieron la idea de celebrar una nueva elección presidencial.
Fuentes políticas alemanas dijeron a Izvestia que esta reunión no significaba que Berlín reconociera oficialmente a Svetlana Tikhanovskaya como líder bielorrusa, pero en las nuevas elecciones presidenciales se pondrá en juego a este candidato. Según Frank Schwabe, jefe adjunto de la delegación de Alemania en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, es obvio que Svetlana Tikhanovskaya obtendrá la mayoría de los votos en las elecciones presidenciales.
Los expertos señalan que la cooperación con representantes de la oposición de otros países es una práctica bien conocida en Europa. «Es por eso que el contacto con Tikhanovskaya es una política tradicional europea destinada a intentar influir en la situación en Bielorrusia», dijo el politólogo Dmitry Bolkunets. «Es absolutamente evidente que Moscú no dialogará con ella porque Rusia ha reconocido de facto y de jure a Alexander Lukashenko como presidente».
El editor en jefe de la revista Rusia en Asuntos Globales, Fyodor Lukyanov, señaló que la postura conjunta de la UE es no reconocer la victoria de Lukashenko. «Las reuniones con Tikhanovskaya son un acto simbólico, cuyo objetivo es mostrar que los europeos no ven a Lukashenko como el líder legítimo del país».