Mientras continúan las manifestaciones contra el gobierno en Bielorrusia, el presidente Alexander Lukashenko, quien supuestamente no es reconocido por muchas capitales mundiales como líder nacional, no se avergüenza de elegir sus medios para aferrarse al poder, escribe Nezavisimaya Gazeta. Se utilizó equipo especial contra los manifestantes y se prohibió trabajar a los periodistas extranjeros. En respuesta a la introducción de las sanciones de visa de la UE, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bielorrusia llamó a sus embajadores de Lituania y Polonia para consultas y exigió que estos países hicieran lo mismo y redujeran el personal de sus embajadas.
La reacción de Minsk, según los analistas, ha sido exagerada. «Incluso Bruselas comprende el simbolismo de sus acciones, y es por eso que las sanciones son tan modestas. La lista es varias veces más corta que en el 2011, y sin Lukashenko», dijo el analista político Artem Shraibman.
Lukashenko ahora está impulsado por el deseo de retener el poder a cualquier costo, es indiferente a cualquier reacción occidental, por lo que su dura respuesta a las sanciones simbólicas de Europa representa su deseo de flexionar sus músculos políticos, escribe el periódico. Los expertos señalaron que Occidente no tiene influencia para influir en Lukashenko, por lo que después de que las relaciones ya se hayan arruinado, lo más probable es que no se restablezcan bajo este liderazgo.
Según Nezavisimaya Gazeta, la mayoría de los expertos considera que dos factores son decisivos para el resultado de las protestas bielorrusas: la postura de Rusia y la actividad de los propios manifestantes. Los expertos no ven una disminución en la actividad, pero el hecho de que la «toxicidad» de Lukashenko puede presuntamente molestar al presidente ruso Vladimir Putin se escucha cada vez con más frecuencia. Putin puede escuchar lo que dicen en Occidente, si Bielorrusia se convierte en parte de un acuerdo mayor arreglado como ese: «Te perdonaremos por Navalny, así que deberías presionar a Lukashenko a favor de la mediación de la OSCE y una transferencia de poder en 2021», señaló Shraibman.