Se deben realizar todos los esfuerzos para detener la escalada de los combates, dijo el presidente ruso al primer ministro armenio mientras realizaban una llamada telefónica para discutir la reciente violencia mortal en Nagorno-Karabaj.
Rusia está preocupada por los acontecimientos y cree que el objetivo inmediato es cesar las hostilidades, dijo el Kremlin en un comunicado. La llamada telefónica entre Vladimir Putin de Rusia y Nikol Pashinyan de Armenia se realizó por iniciativa de Ereván.
Horas antes, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, llamó a sus homólogos azeríes y armenios para expresar las preocupaciones de Moscú e instar a desinflar el conflicto.
En declaraciones a Putin, Pashinyan enfatizó que terceros de fuera de la región no deberían involucrarse en la situación, según la parte armenia.
El primer ministro reprendió anteriormente a Turquía, un antiguo aliado de Azerbaiyán, por interferir en la situación. Ankara expresó su apoyo a Bakú en el enfrentamiento que se está desarrollando y culpó a Ereván por la violencia del domingo.
Las hostilidades entre Azerbaiyán y Nagorno-Karabaj, respaldada por Armenia, estallaron después de que las fuerzas azeríes lanzaron una ofensiva el domingo por la mañana. Bakú dijo que estaba respondiendo al bombardeo de sus fuerzas, pero Ereván rechazó la justificación, acusando a su oponente de romper un alto el fuego.
La región, donde la población es predominantemente armenia, se separó de Azerbaiyán a fines de la década de 1980, obteniendo el apoyo militar y económico de Ereván. En medio del estallido, tanto Azerbaiyán como Armenia impusieron la ley marcial y expresaron su determinación de seguir luchando.
Rusia es parte del grupo de mediación de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que trabaja para atenuar las tensiones entre Azerbaiyán y Armenia y negociar una solución pacífica a su disputa sobre Nagorno-Karabaj.