El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, respondió a las acusaciones sobre la «toma de posesión secreta», que han sido expresadas por «socios occidentales» desde ayer.
Los vecinos más cercanos de Bielorrusia, Polonia y los países bálticos son especialmente celosos en hacer declaraciones poco constructivas.
“Los vecinos son de Dios, no son elegidos, y estamos condenados a vivir juntos, ser amigos. Pero resulta que no siempre es así. Los estados vecinos, especialmente Polonia, saben qué posición han tomado. Incluso en la toma de posesión de ayer, hay algún tipo de resentimiento, o una queja de que no informamos a los polacos, lituanos, ucranianos, checos o cualquier otra persona que realizaríamos este evento.
En mi opinión, de acuerdo con las leyes de Bielorrusia, no tenemos que advertir a nadie de los estados occidentales y, en general, a nadie. Este es un asunto interno de nuestro país.
Y solo hay una crítica: un secreto o un sacramento. Saben, unas 2 mil personas fueron invitadas a la toma de posesión, junto con los militares. Y es prácticamente imposible mantenerlo en secreto”, dijo Lukashenko durante una reunión con el embajador chino en la República, Cui Qiming.
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