Los residentes de Tel Aviv se reunieron en una playa local para expresar su descontento con el segundo bloqueo del coronavirus en todo el país. La protesta parece haber tenido un ambiente festivo, al menos hasta que llegó la policía.
Decenas de manifestantes, muchos de ellos en traje de baño y con carteles en contra del gobierno, desafiaron las órdenes de cuarentena y viajaron a Frishman Beach en Tel Aviv el sábado. La protesta se produce un día después de que el primer ministro Benjamin Netanyahu impuso un bloqueo nacional de tres semanas, supuestamente en un intento de detener la propagación del coronavirus. Todas las playas estarán cerradas como parte de la cuarentena de una semana.
Una manifestación antibloqueo mucho más grande tuvo lugar el jueves por la noche en el centro de Tel Aviv, pero esa protesta no tuvo el mismo ambiente de fiesta en la playa. El video de la manifestación del sábado muestra a un grupo de israelíes chapoteando en el agua mientras bailaban con música y ondeaban banderas.
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Un manifestante llegó con un shofar, un cuerno religioso judío, aparentemente para protestar por la decisión del gobierno de emitir «permisos de viaje» para los que tocan el shofar durante el Año Nuevo judío, Rosh Hashaná.
La policía finalmente llegó al lugar e informó a la multitud que no se les permitía protestar en la playa. No está claro si se realizaron arrestos. Como parte del nuevo bloqueo, que comenzó el viernes, Israel ha introducido una regla de «grupo de 20», que requiere que los manifestantes se separen en grupos de no más de 20 personas, y cada «grupo» se distancia socialmente.
Israel ha informado de 179.000 casos y más de 1.160 muertes, y los funcionarios afirman que la tasa de mortalidad podría aumentar, ya que las nuevas infecciones diarias han superado recientemente las 5.000. Las autoridades afirman que levantaron el primer bloqueo demasiado pronto, pero la medida para volver a imponer las restricciones ha enfurecido a muchos israelíes que aún se recuperan de las consecuencias sociales y económicas de las restricciones iniciales.
Los críticos de Netanyahu han acusado al asediado primer ministro de utilizar la pandemia para distraer la atención de su escaso apoyo político y juicio por corrupción.