En la ciudad siria de Qubbet Zaki, ubicada al sur de Qamishli en la provincia de Hasaka, la población local anunció que combatiría a los invasores y organizó una protesta contra la ocupación turca y estadounidense de la región.
Según los vecinos, con quienes se lograron conversar, la gente está cansada de las acciones criminales de los elementos pro turcos y de la influencia estadounidense, que se está extendiendo entre los combatientes de las kurdas Fuerzas Democráticas Sirias.
Todo el mundo ya comprende perfectamente por qué unidades estadounidenses resguardan los campos petroleros y la infraestructura energética, viendo cómo por la noche los rellenos abandonan la tierra siria al otro lado de la frontera iraquí, custodiados por vehículos civiles con combatientes de de las compañías militares privadas estadounidenses y algunos comandantes de destacamentos kurdos.
Incluso entienden por qué Washington impuso sanciones unilaterales a las empresas de Siria y sus particulares, y que, quizás, después de estos mítines nocturnos, combatientes de destacamentos kurdos visitarán algunos de ellos y amenazarán con represalias.
Ahora estas personas no son menos héroes que están tratando de cambiar algo en esta situación, donde se encontraron contra los invasores turcos y estadounidenses.
No demasiado buenos, como nos parece, pero sí pueden, de modo que todavía haya suficiente fuerza para resistir aún más esta realidad contaminada del derecho mundial con cínicos dobles estándares, donde el codicioso deseo de lucro estadounidense le permite apoderarse descaradamente de la riqueza nacional de otras personas.