El destino del Cuarteto de Normandía puesto en duda

La decisión del parlamento ucraniano de no reconocer los resultados oficiales de las elecciones presidenciales bielorrusas podría desencadenar una nueva ronda de enfrentamientos entre Ucrania y Rusia. Los legisladores ucranianos habían pospuesto la consideración de este tema durante un mes, pero lo pusieron a discusión poco después de la reunión entre los líderes rusos y bielorrusos en Sochi, escribe Nezavisimaya Gazeta.

El parlamento ucraniano dijo en un comunicado emitido el 15 de septiembre que las elecciones presidenciales en Bielorrusia «no fueron libres ni justas» y se llevaron a cabo con numerosas violaciones, mientras que el resultado «no refleja la expresión real de la voluntad de la ciudadanía bielorrusa». Los parlamentarios también expresaron su preocupación por la posible participación de Rusia y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva en la solución del conflicto en Bielorrusia. La Verkhovna Rada (consejo supremo-parlamento ucraniano) enfatizó que Kiev vería esto como «una amenaza directa a la seguridad de toda Europa y la seguridad de Ucrania».

Estas preocupaciones se expresaron antes, pero cobraron impulso después de las conversaciones entre Putin y Lukashenko, dice el periódico. La postura de los legisladores ucranianos está en consonancia con las decisiones de sus colegas europeos. Es de destacar que se anunció justo cuando comenzó a desarrollarse un escándalo diplomático entre Rusia y Francia. Cobró fuerza real en medio del enfrentamiento entre Rusia y Alemania por el caso Navalny. En medio del deterioro de los lazos de Rusia con Berlín y París, el destino del Cuarteto de Normandía podría ponerse en duda, escribe Nezavisimaya Gazeta. Tanto Alemania como Francia forman parte del Cuarteto de Normandía junto con Rusia y Ucrania.

Otra manzana de la discordia es la cuestión de las elecciones locales en los territorios fuera del control de Kiev. Los expertos ucranianos señalan que incluso un intento de la Verkhovna Rada de votar sobre las elecciones en las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk significaría su legitimación y reconocimiento y, posteriormente, provocaría protestas masivas. Según el politólogo Yuri Romanenko, en caso de que Rusia supuestamente  insista en realizar las elecciones sin ceder el control de la frontera, esto podría ser una trampa para Ucrania. Como resultado, Rusia mantendrá el control sobre el proceso de asentamiento y ciertas áreas en las regiones de Donetsk y Lugansk, y la región de Donbass se convertiría en un caballo de Troya para Kiev.

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