Bolivia: La meta del MAS es recuperar la democracia


La campaña para las elecciones del próximo 18 de octubre arrancó en Bolivia en un escenario inédito debido a la pandemia de la Covid-19 y bajo la persecución judicial contra el expresidente Evo Morales (2006-2019).

Los aspirantes por el Movimiento Al Socialismo (MAS), Luis Arce y David Choquehuanca, lideran las intenciones de voto con el 26,2 por ciento, seguidos por el exmandatario Carlos Mesa (2003-2005) y Jeanine Áñez (al frente del Gobierno de facto impuesto tras el golpe de Estado contra Morales en 2019). Estos dos últimos candidatos poseen 17 y 10 puntos porcentuales, respectivamente, según una encuesta reciente de la consultora Ciesmori.

Recuperar la democracia y estabilizar económica, social y políticamente el país son los principales objetivos de la dupla presidencial del MAS.

En la presentación de la campaña, ambos exministros de Morales enviaron un mensaje de unidad a los bolivianos.

El analista político del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) Yair Cybel, declaró a Orbe que es indudable la fuerza electoral del MAS y su gran posibilidad de sacar la máxima votación.

Pero la tarea no es sencilla, pues debe demostrarles a los bolivianos que el modelo propuesto por el proceso social iniciado en 2006 es la solución a los problemas.

Precisamente, el comunicador argentino sostuvo que la cuestión económica centrará la carrera por la Presidencia.

La crisis económica (en Bolivia) superó en Bolivia todos los límites, con el consecuente aumento de casi dos millones de pobres, apuntó Cybel.

Arce, quien fue Ministro de Economía durante la mayor parte de la gestión de Morales, posee una ventaja comparativa con el resto de los aspirantes porque demostró su capacidad como impulsor del exitoso modelo económico, avalado incluso por organismos internacionales, subrayó.

Sobre el actual panorama y las posibilidades del MAS de volver al poder, el también columnista del periódico digital El Grito del Sur comentó que ganar una primera vuelta depende de cómo se comporte el sufragio en las diferentes opciones conservadoras y neoliberales.

La ley electoral vigente estipula que para ganar en primera vuelta el candidato debe obtener el 50 por ciento de las papeletas válidas o un mínimo del 40 por ciento con una diferencia de 10 puntos porcentuales frente al segundo más votado.

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