Las sanciones de Estados Unidos contra dos funcionarios de la Corte Penal Internacional son «inaceptables y sin precedentes» y deberían revertirse, dijo el máximo diplomático de la UE, mientras que el ministro de Relaciones Exteriores francés las calificó de «un grave ataque» contra la corte.
Las sanciones son «medidas inaceptables y sin precedentes que intentan obstruir las investigaciones y los procedimientos judiciales del tribunal», dijo el jueves el alto representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, en un comunicado.
Estados Unidos debería “reconsiderar su posición y revertir las medidas que ha tomado”, agregó Borrell.
Sus comentarios se produjeron poco después de que el ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, condenara las sanciones como «un grave ataque contra la corte» y dijo que ponían en cuestión «el multilateralismo y la independencia del poder judicial».
El miércoles, el Departamento de Estado anunció sanciones contra la fiscal de la CPI, Fatou Bensouda, por su investigación sobre presuntos crímenes de guerra cometidos por tropas estadounidenses en Afganistán. Phakiso Mochochoko, jefe de la División de Jurisdicción, Complementariedad y Cooperación de la CPI, también fue sancionado por brindar apoyo a la investigación de Bensouda.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, describió a la CPI como «una institución completamente rota y corrupta» y dijo que Estados Unidos «no tolerará sus intentos ilegítimos de someter a los estadounidenses a su jurisdicción».
Unos 123 países de todo el mundo son partes del Estatuto de Roma que creó la CPI. Estados Unidos estaba originalmente entre ellos, pero el presidente George W. Bush retiró la firma de su predecesor Bill Clinton y en 2002 el Congreso de Estados Unidos aprobó una ley que autorizaba el uso de la fuerza militar para liberar a cualquier estadounidense o aliado en poder de la CPI.